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UN LUGAR INHÓSPITO, SALVAJE, CRUEL Y DEJADO DE LA MANO DE DIOS (¿QUÉ DIOS?) DONDE EL SUELO QUE PISAS CAMBIA DE BANDO CADA MINUTO, DONDE SÓLO LOS VALIENTES SON BIENVENIDOS Y SÓLO ELLOS MOSTRARÁN EL CAMINO DE LA VERDAD AL RESTO DE LOS MORTALES.
La anécdota la protagonizó una chica que vino al programa a preguntarle a Lorena Berdún cómo debía realizar correctamente una felación a su pareja, puesto que él siempre se quejaba del daño que le hacía. Cuando la chica llegó a los estudios de Telemadrid nos dimos cuenta de la dimensión del problema: su dentadura era tremendamente aparatosa. Ni qué decir tiene que en cuanto salió al aire su testimonio, el ataque de risa del público de plató fue mayúsculo.
Los problemas de ortodoncia suelen despertar la crueldad de los demás, sin duda. Sin embargo, a mí me pareció un acto muy valiente que la chica se atreviera a exponer en público sus problemas en esas artes, sobre todo teniendo en cuenta la mala prensa que siempre ha tenido la felación entre la población en general, desde los albores de la Humanidad. Para hacernos una idea, incluso los romanos, con lo que eran, consideraban la felación como una práctica sexual indigna para un ciudadano.
Como explica Alfonso Cuatrecasas en su obra 'Eros en Roma' toda práctica sexual que implicara la pasividad (en este caso dar placer con la boca) estaba muy mal vista socialmente. De hecho, uno de los peores insultos que te podían decir en el foro era 'irrumabo te', textualmente, 'haré que me la mames'... De todas maneras, para las prostitutas romanas, la felación era un auténtico señuelo para captar clientes. Muchas de ellas masticaban hojas de menta antes de entrar en materia para dar más placer a sus clientes. El clásico contraste frío-calor que algunos siguen practicando con unos enjuagues de elixir Licor del Polo. Vamos, que está todo inventado.
En algunos grafittis descubiertos en Pompeya se puede leer: "Lais la chupa por dos ases" o "Félix la chupa por un as"... Vamos, como la página de contactos de cualquier periódico actual... Bueno, ahora le llamamos beso francés. A este respecto, hay que aclarar que el 'french kiss' anglosajón es el beso con lengua o morreo de toda la vida. ¿Por qué en castellano a la felación se la denomina francés? No sé, quizás se deba al espíritu del 2 de mayo tan arraigado en nuestro inconsciente colectivo. O puede que la causa sea la tradicional identificación de todo lo 'francés' con un erotismo elaborado y desatado. No en vano, la estimulación oral de los órganos sexuales masculinos no ha sido algo muy frecuente en muchos dormitorios hasta hace cuatro días... Sea como sea, y ya que me he levantado didáctico, la felación es sólo una de las diferentes modalidades del sexo oral. Los entendidos en la materia también hablan de la irrumación. La diferencia entre ambas se debe al rol pasivo o activo de quien realiza la estimulación oral de los genitales masculinos. Si mantiene una actitud activa, se trata de una felación. Si se limita a abrir la boca, dejando que sea el dueño del pene el que se mueva, estamos hablando de una irrumación.
Personalmente nunca he creído demasiado en 'manuales tipo Aprenda alemán en 7 días', sobre todo cuando se trata de cuestiones sexuales. Aunque está bien tener una buena base, este tipo de divertimentos se aprenden, sobre todo, practicando. Sin embargo, para los más inquietos en cuestiones orales, les recomiendo la lectura de 'El arte de la felación', del sexólogo francés Mark Emme (seudónimo de Christian Boisson-Jacob), una auténtica eminencia en este campo en el país vecino. Se trata de una completa guía de posturas orales con nombres tan poéticos como Cibeles, Agripina, Artemisa o Cleopatra, por cierto, una extraordinaria felatriz según la historiografía más apócrifa.
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Por más que uno lleve una vida sana el paso del tiempo es inexorable, así como sus consecuencias sobre nuestro organismo. Una de ellas, que ni el 'Brain Training' puede evitar, es la pérdida de volumen cerebral, que disminuye un 1,9% cada década, según las estimaciones de los expertos. Junto a la atrofia, aparece un creciente número de lesiones en la sustancia blanca encefálica. Las personas que padecen ciertos problemas, como las demencias, suelen acusar más ambos fenómenos.
Con la literatura médica en la mano, Carol Ann Paul y sus colegas del programa de neurociencia del Wellesley College de Massachusetts (Estados Unidos) pensaron que tal vez el alcohol, igual que sucede con el corazón, pudiera proteger al cerebro en determinadas circunstancias y frenar la atrofia que conlleva cumplir años.
Tomaron a 1.839 participantes de uno de los mayores estudios de todos los tiempos, el Framingham, y los sometieron a lo largo de tres décadas a siete resonancias magnéticas (para medir su volumen cerebral y las cicatrices en la sustancia blanca). Estos hombres y mujeres, que tenían entre 33 y 88 años, fueron clasificados en cinco grupos en función de su ingesta de bebidas alcohólicas. La mayor parte tenía un bajo consumo y los grandes bebedores eran preferentemente hombres.
Después de ajustar los datos obtenidos en el escáner a factores que podían interferir en el resultado (edad, índice de masa corporal, educación, etc.) "los consumidores moderados tenían un volumen encefálico significativamente más pequeño que los ex bebedores", señala este trabajo, "y los participantes que tomaban más de 14 bebidas a la semana lo tenían menor que todos los demás".
Es decir, no sólo "no se detectó ningún efecto beneficioso del alcohol" a la hora de reducir el ritmo de atrofia cerebral natural, sino que su ingesta se asoció con cerebros de menor volumen, recalcan los investigadores.
Las más perjudicadas por este efecto 'colateral' de las bebidas graduadas fueron las mujeres, en las que era más patente esa aceleración de la disminución del tamaño del encéfalo. Esta particularidad femenina podría explicarse, según Paul, por la diferente forma en que hombres y mujeres metabolizan y toleran el alcohol.
Estos resultados deberán comprobarse en otros ensayos, en los que además podrá determinarse si la atrofia descrita está relacionada con alguna alteración funcional. A pesar de todo, los autores creen que este estudio "muestra un claro mensaje acerca de los posibles daños que puede provocar beber alcohol".
Fuente: Elmundo.es
PD: Aplicaos el cuento ;)
A veces un grito puede ser la solución, si con el consigues espantar el motivo de tus temores, aunque no suele ser el caso.
Quizás lanzándole algo consigas que huya, pero siempre se da la curiosa situación en que no tienes nada a mano que lanzar.
Una linterna es la mejor opción, la sombra que te persigue nunca se espera que la iluminen directamente a la cara, pero la linterna siempre está en el cajón cerca de los plomos, y no en tu bolsillo.
Y si hace tiempo que la llevas siempre encima las pilas estarán gastadas.
Parece ser que el destino y el mundo entero quieran que te atrape.
Siempre puedes correr, pero no es muy buena opción, tropezarás y la silueta podrá recrearse en tu pánico.
¿Qué hacer entonces?
Piensa en esa luz cegadora que veías antes, concéntrate en ella, visualízala en tu mente.
Imagina como lo inunda todo con un brillo que nunca habías creido posible.
Siente como destierra a la oscuridad mientras con los ojos cerrados la ves crecer hasta que alcanza una incandescencia tal que parece quemar.
Pero nunca olvides que algún día deberás abrir los ojos de nuevo, y la silueta seguirá ahí, esperándote como si apenas hubiese transcurrido una milésima de segundo.
Y tendrás que aprender a convivir con ella.
O cerrar los ojos con fuerza y prescindir de ver el mundo.
El caso es que en los últimos encuentros digitales (por cierto, ahora son los últimos viernes de cada mes), he podido constatar una cierta inquietud por parte del sector más joven respecto al tema del semen. ¿Será por los recientes estudios que indican que los españoles tenemos cada vez más problemas de fertilidad derivados de la mala calidad de nuestro semen? Debería, pero no. Yo diría que tanta pregunta sobre cómo eyacular más cantidad de semen o a mayor distancia (no sé si aún emiten '¿Qué apostamos?' en algún canal) se debe a la influencia del 'citius, altius, fortius' olímpico aplicado a la sexualidad humana, tan de moda en nuestros días. El más rápido, más alto, más fuerte promovido por la pornografía lleva a más de uno a pretender emular a sus 'héroes' de la pantalla, con la consiguiente frustración o sentimiento de inferioridad cuando no se alcanzan determinadas y discutibles metas.
Los hay que darían lo que fuera por eyacular como si se tratara de la Fontana di Trevi o un géiser islandés. Sin embargo, hay que recordar que la cantidad de líquido seminal no tiene nada que ver con nuestra capacidad fertilizadora ni por supuesto nuestra masculinidad. El volumen de semen que eyaculamos responde a características propias de nuestra anatomía así como al grado de excitación en que nos encontramos cuando alcanzamos el orgasmo. Es más, conozco el caso de un amigo mío que vive con bastante angustia el hecho de eyacular habitualmente de manera bastante exagerada, montando unos 'pifostios' extraordinarios, sobre todo cuando lidia en cama ajena. A este paso tendrá que salir de casa, además de con los preservativos, con una botella de detergente líquido. El frotar no se va a acabar.
Ya sé que es el 'bla, bla, bla' de siempre; sin embargo no me canso de repetir que las películas X no son la mejor manera de educarse sexualmente, puesto que guardan más relación con el circo que con un documental de La 2. Claro, cuando en una de esas pelis tú ves con qué alegría y desparpajo son recibidas (e ingeridas) determinadas emisiones corporales, más de uno puede pensar que la inmensa mayoría de las personas reaccionan de la misma manera. Y no. Quizás se dé algún caso de entusiasmo natural. Sin embargo, hay que recordar que esas actrices cobran (tampoco mucho) por demostrar que están encantadas de la vida. Por muy bien que hagan su trabajo (como si estuvieran bebiendo una piña colada después de un largo paseo por la playa) seguro que la procesión va por dentro.
En la vida real, las cosas no van exactamente por esos derroteros. Aunque haya algunos casos exagerados que reaccionan ante el esperma como si fuera la sangre de un Alien, la inmensa mayoría del personal tiene una actitud de cierto desapego (qué contradicción) respecto al semen. Como sucede con otras manifestaciones corporales relacionadas con el sexo, lo que antes del orgasmo te excita las neuronas, puede provocar un cierto repelús después del feliz desenlace.
Mientras tanto, muchas empresas se dedican a vender por Internet pastillas que incrementan el volumen seminal, cambian el sabor e incluso le pueden dar un tono azulado... Será para fans irredentos de los Pitufos, si no, no me lo explico. No está de más recordar que el semen es una extraordinaria vía de transmisión del VIH, la hepatitis y muchas más enfermedades de transmisión sexual. O sea, que cuidado con dejarse llevar por ciertas euforias fronterizas con la antropofagia.
Aparte de su pantalla LED, la torre Podium ofrecerá espacio para oficinas comerciales y cuatro plantas de aparcamientos para vehículos.
El proyecto llamado “Podium”, se convertirá en un medio de comunicación a través del cual, las compañias, auroridades gubernamentales y ONG podrán transmitir sus mensajes al público del
gran espacio turístico que se pretende conseguir con la construcción de Dubailand.
1. El 16% de las mujeres nacen rubias, y 33% de las mujeres son rubias.