31 marzo 2008

Sobre la situación del Barça en la liga...










A este ritmo le tendré que pagar la cena a la puta ladiya ¬¬

LA PROXIMA EXCURSIÓN

"Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Mucho frío. No se asegura retorno con vida"



Sobre las estanterías han quedado las conservas de carne, repollo y los botes de cacao. El frío los ha conservado intactos durante casi cien años. Aquí y allá se amontonan las velas, los botes de harina y las latas de aceite para lámparas. Camino del Polo Sur, las expediciones encabezadas por sir Robert Scott y sir Ernest Shackleton dejaron estas provisiones con la esperanza de regresar algún día. Por circunstancias bien diferentes, ninguno de los dos pudo hacerlo.

1. La cabaña de Sir Robert Scott

Situada en el lado norte del cabo Evans, en la Isla de Ross, la cabaña de Robert Scott fue el último lugar en el que él y otros cuatro compañeros se alojaron antes de partir hacia el Polo Sur. Murieron durante una tormenta meses más tarde, cuando regresaban del polo con la desolación de saber que Amudsen había llegado antes que ellos.

Cien años después, en esta cabaña perdida en la Antártida, algunas de las pertenencias de Scott y sus hombres permanecen tal y como las dejaron. Los camastros donde dormían o la mesa donde hicieron su última comida antes de partir hacia la muerte, siguen esperando en su sitio como si el tiempo no hubiera pasado.

En las estanterías hay galletas, botellas de licor y grandes reservas de sirope y mostaza. En el laboratorio improvisado por el fotógrafo de la expedición, hay unas cuantas fotos colgadas a secar, como esperando a que alguien les dé el visto bueno. Unos metros más allá, en la entrada de la cabaña, se conserva un cajón lleno de huevos de pingüino que los hombres de Scott recogieron con la intención de transportarlos a Gran Bretaña.

Exceptuando el breve paso de Shackleton por aquí (camino a su propia odisea) la cabaña ha permanecido abandonada durante años. En 1956, una expedición estadounidense decidió desenterrarla de la nieve y desde entonces, a pesar de que algunas personas se han llevado objetos como recuerdo, casi todo ha permanecido más o menos como estaba.

En los últimos años las autoridades neozelandesas y británicas han puesto en marcha un plan para evitar que este lugar histórico se siga deteriorando, ya sea por el paso de los visitantes o por la acción de los hongos, que están devorando algunas de las pertenencias dejadas por los expedicionarios.

2. La cabaña de Sir Ernest Shackleton

En enero de 1908, Ernest Shackelton emprendió la segunda de sus míticas expediciones antárticas con la intención de alcanzar el polo sur geográfico. Durante su larga estancia en la Antártida, los hombres de Shackleton construyeron una casita de madera en el Cabo Royds, unos 40 kilómetros al norte de la cabaña de Robert Scott.

En este lugar, la sensación de que sus inquilinos se acaban de marchar es aún más viva que en la cabaña de Scott. Las botas y la ropa de los hombres siguen colgadas de las cuerdas, hay restos de comida sobre una sartén y pedazos de pan sobre la mesa.

Cada uno de los rincones de esta cabaña esconde una pequeña historia, un detalle de la vida de aquellas personas que se jugaban la vida por alcanzar un sueño. Si uno se esfuerza un poco, puede encontrar alguna joya entre los bártulos congelados, como esta firma de Shackleton sobre una de las cajas.

Al igual que la cabaña de Scott, este lugar está incluido en la lista de World Monuments Watch, como uno de los patrimonios culturales que podrían perderse en breve si no se hace un esfuerzo para conservarlos. El plan de recuperación consiste en la restauración de las cabañas, que están muy dañadas por el peso de la nieve, y la restauración y sustitución de muchos de los objetos, que ya están siendo trasladados.



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foticas


En la fotografía, tomada el 5 de enero de 1915, un grupo de hombres juegan al fútbol sobre la soledad de la Antártida. Al fondo, un barco les espera en mitad de la nada. Ninguno imagina que serán los últimos instantes de felicidad en mucho tiempo. En apenas unos días, los inmensos bloques de hielo se tragarán el “Endurance” y lo aplastarán como si fuera de papel. Sus 27 tripulantes quedarán atrapados en un témpano flotante y viajarán a la deriva durante más de veinte meses, en la mayor pesadilla de supervivencia jamás imaginada.

Hay un poso de inquietante belleza en cada imagen. En el momento de la fotografía, la expedición lleva cinco meses de viaje. No hay restos de vida en cientos de millas a la redonda. El barco se ha abierto camino por el helado mar de Weddell y se encuentra a 160 kilómetros de su destino. El propósito del intrépido Ernest Shackleton, una vez que Amundsen y Scott han alcanzado el Polo, es cruzar la Antártida de lado a lado y sumar para el Imperio británico una última e impactante hazaña. Semanas antes, el explorador ha puesto un anuncio en los periódicos: "Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Mucho frío. No se asegura retorno con vida". El anuncio funciona como una premonición incontestable: en los siguientes meses el Endurance quedará atrapado y su tripulación dará vueltas en un infierno de hielo durante casi dos años.

Más allá de la crudeza del viaje y los elementos, lo que diferencia a la expedición del Endurance de las demás es ese ojo que les mira. Durante los largos meses de agonía, la cámara del australiano Frank Hurley no se pierde ni un detalle. Hurley retrata el barco y a su tripulación desde todos los ángulos posibles. La atracción por el hielo se convierte en enfermiza. Por la noche, lucha por descongelar los líquidos de revelado y selecciona las placas que el frío no ha destrozado. A veces se comporta como un loco, se aleja del Endurance hasta que sus compañeros le pierden de vista solo para lograr la mejor perspectiva. En una de las fotografías, tomada por algún marinero, vemos a Hurley en lo alto de un mástil; permanece sentado, con la cámara en la mano.

Una mañana, mientras se encuentra sobre una placa de hielo, un grupo de orcas detecta su presencia y sus sombras comienzan a acecharle bajo el suelo. Hurley corre hacia el barco mientras las orcas golpean el hielo con intención de alcanzarle. Años más tarde describiría la escena como una de las más terribles de su vida.

Foto a foto, Hurley traza un catálogo escalofriante de la soledad de aquellos hombres en mitad de los hielos. En muchas imágenes aparecen marineros fumando, arreglando una red o pelando un pingüino. En otras aparece él, misterioso y lejano, merodeando con la cámara junto al barco.

El 21 de noviembre de 1915 una inmensa mole de hielo se traga al Endurance como una ballena hambrienta y la cámara de Hurley lo registra fotograma a fotograma. En las fauces del hielo el “Endurance” es como un barco de juguete: las imágenes parecen transmitir los quejidos del barco que se parte en mil pedazos.

"Hemos decidido abandonar la nave - escribe Shackleton en su diario – Está siendo aplastada, más allá de toda posibilidad de ser recuperada". Ante la necesidad de avanzar, Hurley no tiene más remedio que abandonar la mayoría de sus equipos junto al barco: apenas salva 120 de las 400 fotografías que ha realizado hasta el momento.

A partir de ese instante, los hombres del Endurance aún tienen por delante un largo año de agonía. El témpano seguirá llevándoles durante meses a la deriva, alcanzarán la isla Elefante y recorrerán más de 1.200 millas antes de ser rescatados. Y durante todo ese tiempo Hurley solo ha podido llevar consigo una pequeña cámara Kodak de bolsillo. Atrás quedaron los trípodes y las cámaras pesadas. En la mochila apenas le restan tres rollos de película y no puede desperdiciar ni un solo disparo. No le queda más remedio que concentrarse aún más en la luz y en la composición. Tal vez por eso, según los expertos, Hurley toma en aquellos días las mejores fotografías que jamás se hayan hecho sobre el hielo.








(todo gracias a FOGONAZOS)

ALTER EGO

Nuestros alter egos del cine y televisión

Premios a los mejores vídeos del Youtube

Musical


Adorable


Comedia


Creatividad


¿Qué os parece?

Estados 'Tullidos' de América por Nico Rey


En este obstinado proceso de gilipollización colectiva en el que nos han embaucado, se empeñan ahora en colarnos el golazo de la 'wrestlingmanía'. O sea, del 'pressing catch'. Es decir, la lucha libre estadounidense. O algo así. Disciplina para 'freaks' amparada por un dudoso organismo que atiende al nombre de World Wrestling Entertainment o WWE. Los sábados y domingos, a eso de las 15:25 horas. En Cuatro, la cadena que más tiempo lleva colándonos nuevos estilos de vida típica y tópicamente estadounidenses. De 'House' a 'Fama: ¡a bailar!', pasando por 'Historias de la cripta'. Casi ná.

Se cree el ladrón que nuestro nivel de infantilismo globalizado es, hoy por hoy, similar al del amigo americano. Pero se equivocan. ¡Esto es España, cretinos! ¡Aquí, como rimó Ángel González, con sangre hacemos la Historia y la morcilla de nuestra tierra! ¿Qué nos podéis enseñar en materia de violencia si no hace 200 años que andábamos zumbando la badana al gabacho a garrotazos y anteayer mismo jaleábamos a Poli Díaz en sus desfases de fajador politoxicómano e irreductible? 'Smackdown', es decir, 'lucha libre' fulera y de alto presupuesto en la que para ver un brazo roto hay que confiar en que resbale, graderío abajo, la señora de la limpieza. ¡Por favor! ¿De qué vale llamarse John Cena, o Ken Kennedy, o Chavo Guerrero, o Edge, o el Gran Khali en el país de Urtain, de Pedro Carrasco, de Manolete, de Luis Francisco Esplá, de José Ortega Cano? ¿Quién necesita valientes? ¿Eh?

Pocos son los niños y no tan niños que residen en la España de hoy en día que desconocen, gracias a la cadena 'prisera' y al experto vendemotos de turno, la verdadera identidad de mitos inflados por el clembuterol como Batista o Rey Misterio. Algo digno de todo ejercicio de mercadotecnia que se precie. El problema llega cuando lo que emite Cuatro no tiene nada que ver con lucha libre mexicana o grecorromana que se precie.

Puro tongo. Cuento pergeñado por señoritingas recauchutadas que viven del ídem y del grosor de sus tríceps. 'Marketing'. Mentira. Sandez. Las fantochadas de cuatro gordos con capa y 'shorts' que dedican sus subidas de colesterol a hacer el ridículo sobre un cuadrilátero. Quizá sea eso. El problema de la World Wrestling Entertainment o WWE estriba en su carácter de entelequia alta en calorías. Entertainment significa 'entretenimiento', 'diversión'. Y el que crea que lo que allí arriba ocurre tiene alguna relación, por pequeña que sea, con el karate o el 'kick-boxing', es porque a estas alturas aún se lo cree todo.

De poco vale que propalen que se trata de uno de los programas más vistos en los Estados Unidos y que, hasta el momento, está traducido a 17 idiomas. Aún menos todavía el que hayan recurrido para presentarlo a Fernando Costilla, una de las voces que locuta la ‘teleidiotez’ llamada 'Humor amarillo', y al indocumentado Héctor del Mar, esa especie de cansino Uribarri deportivo, carruselero y conosúrico que, sobrepasada ya la setentena, aún es capaz de soltar sin inmutarse perlitas del tipo: 1) Mi esposa es la radio y la televisión, mi amante. 2) La pena máxima por bigamia es tener dos suegras. 3) Un psiquiatra es un hombre que te hace un montón de preguntas caras que tu mujer te hace gratis. Pues eso.

TROLL

En la jerga de Internet, un troll (a veces trol) es un mensaje u otra forma de participación que busca intencionadamente provocar reacciones predecibles, especialmente por parte de usuarios novatos, con fines diversos, desde el simple divertimento hasta interrumpir o desviar los hilos de las discusiones, o bien provocar flamewars, enfadando a sus participantes y enfrentándolos entre sí. El troll puede ser más o menos sofisticado, desde mensajes groseros, ofensivos o fuera de tema, a sutiles provocaciones o mentiras difíciles de detectar, con la intención en cualquier caso de confundir o provocar la reacción de los demás.
Aunque originalmente el término solo se refería a la práctica en sí y no a la persona, un desplazamiento metonímico posterior ha hecho que también se aplique a las personas que presuntamente incurren en ese tipo de prácticas. Su origen etimológico más probable evoca la idea de «morder el anzuelo» (troll es un tipo de pesca en inglés).

ignorates

Abejas y avispas son un auténtico peligro para las personas que son alérgicas a sus picaduras. Los alergólogos alertan de que al menos el 1% de la población es alérgica al veneno que inoculan estos insectos, pero la mayoría lo ignora. Apenas la mitad de los afectados conoce su problema y recibe el tratamiento adecuado. Así, todos los años mueren en España en torno a una veintena de personas como consecuencia de la reacción alérgica que les desencadena el picotazo de una abeja o una avispa.
La de estos insectos es la más grave de las alergias a los animales que puede sufrirse, según explica Ignacio Antepara, jefe de la Unidad de Alergias del Hospital de Basurto, en Bilbao. El organismo puede reaccionar con problemas de insuficiencia respiratoria y rinitis ante la presencia de perros, gatos y hamsters. El anisakis, una lombriz que aparece en determinados pescados, llega a producir alteraciones cardiovasculares, asma, urticaria e incluso pérdida de la conciencia. Pero el veneno de un himenóptero es capaz de llevar a un alérgico a la muerte, no con una primera picadura, pero sí con la segunda o la tercera si no se recibe el tratamiento adecuado.
La inflamación que causa el picotazo de una abeja o una avispa comienza a desaparecer tras las primeras 24 horas. Si se es alérgico, el hinchazón puede ir acompañado de urticaria, náuseas, fatiga, mareos... "El mayor problema es que este tipo de accidentes te coge siempre en un sitio inapropiado, como el campo. Muchas veces ni siquiera te das cuenta de que te ha picado un bicho y si encima eres alérgico, y eso te pasa en más de una ocasión, el desenlace puede ser fatal", resume el especialista.
La alergia a las abejas suele ser habitual entre apicultores y personas que viven en contacto directo con la naturaleza. "El cuerpo te avisa una vez, te dice que eres alérgico a una sustancia con una reacción exagerada y, a continuación, comienza a desarrollar sus propias defensas contra ese elemento que considera extraño. Después, o tomas las medidas oportunas o cuando vuelvas a ponerte en contacto con esa sustancia te da un cuadro que te mueres", alerta el experto.
Tan extrema situación se conoce con el nombre de choque anafiláctico, una parada cardiorrespiratoria a la que sólo puede hacerse frente inyectándose una dosis de adrenalina. La anafilaxia está considerada como una seria complicación que se manifiesta en forma de urticaria, asma y conjuntivitis. La tensión arterial desciende, falta riego sanguíneo y falla la respiración. La víctima se expone entonces a sufrir un síncope que puede llevarle a la muerte.
La adrenalina permite al afectado mantener el pulso y la respiración durante el tiempo suficiente como para llegar a un hospital. Los alérgicos a los insectos himenópteros tienen que llevar siempre encima un bolígrafo de adrenalina para poder afrontar momentáneamente la crisis.
Las unidades hospitalarias de Alergias son los únicos centros capacitados para atender una emergencia de esta naturaleza. Con toda seguridad, el alérgico tendrá que someterse a un tratamiento de larga duración, que consiste en la aplicación de una vacuna fabricada a partir del propio veneno del animal. El proceso, que se prolonga durante cinco años, consiste en ir habituando al cuerpo poco a poco a la presencia de la sustancia tóxica.
A partir de entonces, se considera que el paciente está inmunizado, pero lo cierto, señala Ignacio Antepara, es que "no lo sabremos con certeza hasta que vuelvan a picarle".

Ya estoy aquíííí...

De vacaciones de las vacaciones me encuentro pisando los malos pensamientos, arrastrando tareas pendientes y recordando todo lo que aún me queda por hacer.
Han sido unos días completos, breves e intensos.
Barcelona es un sitio mágico que te incita a quedarte entre sus calles pero teníamos que volver.
Al fin y al cabo, lo mejor de allí, vino y vuelve conmigo.



Con la mente restaurada, los nervios a flor de piel y las escasas ganas de volver a clase pero motivada porque sólo serán tres meses, vuelvo a incorporarme a una rutina invariable y cansina pero completamente necesaria para mi bienestar mental.

30 marzo 2008

COMO NO HAGAIS ALGO ASÍ...

ME DA A MÍ QUE NO LIGAIS NINGUNO XDDD

29 marzo 2008

(Actualizacion) Burj Dubai: La estructura más alta del mundo.

El edificio Burj Dubai, aún en construcción (y lo que quede) ha superado a la que era la mayor estructura del mundo en la actualidad, la antena de televisión KVLY TV Mast, situada en el estado norteamericano de Dakota del Norte. Su altura es de 629m, mientras que el Burj Dubai ha sobrepasado los 630 m de altura.


Aún le queda un record por batir, el de la antena Konstantynowie de Varsovia, que medía 646 metros antes de caer al suelo debido a un temporal, en 1991 y que es la estructura construida por el hombre más alta que ha existido sobre la tierra.

Se estima que su altura total terminado estara en 818 metros, aunque sigue siendo un secreto de los promotores del proyecto.

EL MICK JAGGER DE TRIANA por sport.es


El mundo del balón está lleno de personajes muy especiales y genuinos que nos ayudan a adornar un entorno muy dado a los tópicos y a lo políticamente correcto. Francisco Chaparro (Sevilla, 1942) es el actual entrenador del Real Betis y se ha granado una popularidad y un cariño de los entendidos en la materia gracias a su peculiar carácter y su manera de trabajar en el vestuario verdiblanco.

Apodado el ‘Mick Jagger de Triana’ por unos aspectos que trataremos más adelante en este artículo, su trabajo con el cuadro andaluz ha sido táctico pero también psicológico. Cuando aterrizó en el Manuel Ruiz de Lopera una de las primeras cosas que hizo fue entregarle una pulsera a cada uno de sus hombres con la inscripción “Tú eres importante para mí”. Algunos ya no le llevan pero el mensaje que quiso dar con el gesto surtió efecto en la remontada contra el Real Madrid.

Lo segundo que hizo fue instalar una cadena de música en el interior del vestuario desde la que suenan canciones tan populares como ‘I will survive’ de Gloria Gaynor o ‘Resistiré’ del Dúo Dinámico. Las pone tanto al principio como al final de los partidos o los entrenamientos. Unas canciones que le sirven para añadir un plus de motivación en las venas de unos pupilos que cuando llegó estaban bastante desmoralizados por la situación tan compleja que atravesaban.

Pero no se piensen ustedes que se trata de un hombre bonachón y poco dado a implementar dosis de disciplina. Curtido en mil batallas, o mejor dicho en mil equipos como el Isla Cristina, el Ecija o el Cádiz de las peores épocas, Paco Chaparro ha sabido extraer las mejores vivencias para trasladarlas al campo y a sus hombres.

Muy a su pesar tuvo que dejar el fútbol a los 30 años por una lesión de rodilla cuando estas no eran tan subsanables como en la actualidad y quizá sea eso lo que le ayude a tratar a sus hombres de otra manera. Con rigidez pero a la vez con cercanía y mimos aunque desde fuera no lo parezca. Una exigencia que se impone a sí mismo pues cada día se levanta a las seis de la mañana para correr 15 kilómetros diarios. Después desayuna para empezar a trabajar con las pilas cargadas y tenerlo todo controlado en el bloque que este fin de semana aspira a doblegar al Barça como ya lo hiciera con el Madrid hace unas semanas.

Amante de la filosofía y la psicología, Chaparro también entrega a sus hombres fichas de los libros del psicólogo argentino Jorge Bucay o del chino Sun Tzu que explica las idas y venidas de un guerrero que gana batallas aplicando la psicología. Frente al Barça le hará falta.


28 marzo 2008

Perdiendo la cabeza en Irak por Antonio Ortuño

I


Cuando televisoras y agencias de información comenzaron a emitir, el pasado 1 de febrero, el retrato de un marine afroamericano presuntamente secuestrado por islamistas radicales en Irak, miles de medios lo reprodujeron al instante. La inercia causada por el centenar de secuestros de extranjeros que se han registrado en el país desde que comenzó la invasión de Estados Unidos justifica —acaso— la ceguera de los editores.
El hombre aparecía en la imagen, difundida originalmente por la página electrónica de un grupo insurgente, con un gesto de curiosa impasibilidad, como si se hubiera soplado las obras completas de Séneca y Boecio antes de ser retratado. Un rifle automático le apuntaba a la cabeza, pero ni siquiera su amenazante cañón lograba arrancarle una mueca a su rostro estoico. Y eso que se encontraba sentado frente a la acostumbrada manta negra con letras en árabe —"No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta", literalmente— que tantas veces se ha visto como utilería de alguna horrible decapitación.
La imagen era acompañada con un texto categórico: “Nuestros héroes mujaidines del Batallón Yijadi lograron capturar al militar estadounidense John Adam después de matar a un número de sus camaradas y de capturar al resto. Dios mediante, lo decapitaremos si nuestros prisioneros, tanto hombres como mujeres, no son liberados en un plazo de 72 horas”.
Seriecito y muy peinado, mister John Adam miraba a la cámara con paz inhumana. En realidad, no tenía motivos para manifestar cólera o temor. ¿Por qué? Porque no era un hombre sino un ejemplar del “Marine Cody”, un muñeco de plástico que reproduce sin demasiadas delicadezas a un infante de marina.
La fábrica del “Marine Cody” intervino para reivindicar al secuestrado como uno de sus monos, y para aclarar de paso que el rifle que le apuntaba a la cabeza era un arma de juguete. Un juguete. Eso era Adam. Un madelman. Un hombre de acción que se podría comprar en cualquier tianguis por 50 pesos —y regalar luego, a escondidas de sus padres, a algún chiquillo con inclinaciones mujaidines.
Con cierto cinismo, los medios que habían alarmado a los compasivos del mundo con la noticia del plagio, comenzaron a difundir una nueva imagen: el revelador empaque de plástico del “Marine Cody”. Ninguno se tomó la molestia de indicar si la manta con letras en árabe va incluída en el precio.

II

Las fotografías de torturas a presos iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib, en las afueras de Bagdad, infamaron las portadas de los diarios del planeta hace unos meses. Botas, correas y puños acosaban hombres desnudos y ateridos. Pero un nuevo escándalo carcelario produjo imágenes de muy diferente calaña.
Como sacadas de la imaginación del guionista de la comedia bélica *M*A*S*H, algunas militares del 160 Batallón de la policía militar destacadas en una prisión llamada Campo Bucca, cerca de la frontera con Kuwait, decidieron amenizar su fiesta de despedida de la guerra, en diciembre pasado, luchando en el lodo.

La lucha en el lodo es, como no se ignora, una práctica principalmente femenina. El atuendo apropiado para ejercerla es la ropa interior. A los hombres se les permite, apenas, observar los combates desde una orilla, sudorosos y babeantes.
El rito fue aplicado rigurosamente por chicas y chicos del 160 Batallón, y algún entusiasta decidió inmortalizarlo tomando decenas de fotos —cuando los antropólogos del futuro se pregunten por la característica principal de los homínidos que habitaron Estados Unidos en el siglo XXI, les resultará claro que era la de tomar fotos, fotos de lo que sea, de uno mismo con el pie en el cuello de un preso lloroso, o de una oficial de la policía militar en sostén y calzones ahorcando a una colega.
Por descuido o vanidad, las fotografías de las militares debatiéndose medio desnudas en el barro acabaron en las manos de un integrante del 105 Batallón, quien se apresuró a hacerlas llegar a sus superiores. A los pocos días estaban en las portadas de los muy serios tabloides Daily News y The Sun (el titular del Daily News era por demás elocuente: “Out of control at Camp Crazy!”)
Hasta el momento, sólo la soldado Deanna Allen, de 19 años, ha sido degradada por el incidente. Su capitán no descartó que se produzcan más sanciones, pero también dejó claro que no habría motivo para esperarlas: “No parece que hubiera alcohol de por medio y no hay pruebas que induzcan a pensar en cualquier tipo de mal comportamiento sexual. Además, los presos estaban lejos y no podían verlas”.

Vaya, menos mal. De cualquier modo, no dudemos que el marcial “Marine Cody” se avergonzará de tan lodosas actitudes mientras espera que le corten su cabeza de goma.

27 marzo 2008

Semana Santa: Comida en casa de unos amigos

Todas las vacaciones, algún día, solemos quedar con nuestros amigos, es decir, los amigos de la familia. Lo normal es que vayamos a la casa que tienen David y Pilar en Bormujos, un pueblecito del Aljarafe sevillano y en su patio trasero comemos y bebemos, sobre todo buenos vinos de varias denominaciones de origen, mientras los crios juegan en el cesped... Es uno de esos días en que se recargan las pilas para estar varios meses separados...

Mi hermano Javier, como no, acaba haciendo de las suyas...

La ocurrencia de mi hermano David... "¡Paco, quiero una foto de mi pie!"

Este niño es el hijo de David y Pilar, que esperan un segundo, que además es ahijado de mis padres... como veis es el niño más guapo del mundo... Bueno, yo me dedico a lo mio: elijo el vino a tomar!!!

Mis hermanos se llevan genial con Dario y él, que de momento es hijo único, está encantado de tener compañeros de juegos

¡Qué guapo es el jodio!

Una siestacita...

Repetimos por si no os habiais enterado...


También este crio hace de las suyas... ¡qué orgulloso estoy!

Mi abuela... un día subiré alguna foto de cuando era joven... si es guapa ahora no os podeis imaginar el bombón que era con 25 años...

Mi padre en su salsa...

Cristina con un par de copitas...

Mi irremediable futuro...

Mi madre... guapa, ¿eh?

Dario peinando a su madre

Yo y mi copa

Resultados de 7 botellas de buen vino...
Si es que acababan de venir de viaje de la Ribera del Duero y de Toro y no le ibamos a hacer ascos a los grandes vinos que allí compraron, ¿no? Algún día conseguiré introduciros en el maravilloso mundo del vino... ¡Lo juro!




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