Me equivoqué. Otra vez me equivoqué, y por un instante mezcle de nuevo la realidad más palpable con la ficción más inexorable. Yo también quiero tender poemas junto a la ropa limpia. Quiero que no dejen de mirarme mientras recitan. Quiero una desesperación y un absurdo. Pero siempre olvido que aquí nadie sabe volar. Probablemente yo tampoco.
Me esfuerzo en conseguir ser alguien que me convezca. Pero siempre me quedo a medias. Esta noche los poetas me susurran cálidos y ausentes sus tristezas. Me recorren con caricias invisibles mis lamentos y absorven insaciables mi soberbia. Adormecen mis sentidos mientras dejan aflorar lágrimas hermosas y ridículas de sus mejillas. Son más de las tres. Mañana desaparecerá su magia. Todo volverá a ser igual de intocable, de irrisorio, de irreal.
5 comentarios:
Todo esto surge a raíz de la película argentina "El lado oscuro del corazón" que recomiendo a todo aquel que adore a Benedetti y que disfrute dejándose llevar un rato por la belleza de los versos y del amor de los poetas.
pufff... malo... a mí los poetas... pero bueno, una película es una película...
Quizá tu sensibilidad sea distinta.
no creo que sea tanto por eso sino por la forma en que se expresa
Pues eso, distinta.
Publicar un comentario