17 febrero 2009

Un día de estreno


Son las cuatro de la tarde. Termino de decirle una broma a Carlos y me desconecto del messenger. Me dispongo a salir con la bicicleta. Ya hace unos nueve meses que no la cojo y dos meses sin estrenar mi nueva bici. Lo tengo todo preparado, creo. Así que me pongo el jersey nuevo que compré en Sevilla para salir a correr y como mi peso indica no estrené tampoco y el casco. Todo listo. Me meto en el ascensor, salgo al patio y tras varias explicaciones a profesores y sonrisas de unos cuantos niños demasiado graciosos salgo a la plaza. Ánimo, me digo, en menos de media hora ha salido ya de la ciudad.

Pienso en ello mientras saludo al mendigo de la parroquía que eligió esa vida con un drama a la espalda y que tan bueno es con mis hermanos cuando los ve. Durante el resto del trayecto hasta salir de la ciudad me encuentro con inmigrantes varios en bici, no tan inmigrantes crecientes en número con bici por esto de la crisis, creo, y unos cuantos estúpidos que te miran con mala cara por ir por la acera y no querer arriesgarte a que en una carretera de dos carriles algún coche te pueda abrir la cabeza. Por fin, salgo a la carretera que va a Santo Ángel y pienso en si después de tanto tiempo estaré en forma como para aguantar del tirón toda la subida al valle; seguro que sí, me animo. Siempre me queda la táctica perro: el molinillo. Aunque yo soy totalmente contrario a ella. Si pones el plato y piñón pequeños puede que sea más fácil subir pero el número de pedaladas que hay que dar es tan elevado que o tienes un zeppelin por pulmón o te asfixias a la mitad... Ya veremos.

Ya he llegado a Santo Ángel. Y como buen humano que soy caigo en la misma costumbre estúpida que es subir para luego bajar al llegar al tramo sin salida dónde sólo es posible subir por unas escaleras. Mierda, nueve meses... Por lo menos siempre me queda el admirar las grandes casas que hay. Vale, sí, son unos ricachones y bla bla bla, pero yo quisiera una de esas. Y me doy cuenta de que no he parado de tararear la canción de Aidan Moffat and the Best -Ofs- Big Blonde. Siempre me anima:



Por fin llego a la subida. No es una gran subida, ni es muy empinada ni tiene repechos... Pero es larga. Y yo muy bruto. No cambio al plato de montaña, dejo el de llano, y mantengo el piñón 3. Con dos cojones, que no se diga, Paco. Y comienzo la subida... Al principio me cuesta, como siempre, contraigo la cara, me concentro en la respiración y cojo el ritmo. Todo es respirar correctamente y no ir a trompicones, una vez entiendes esto puedes recorrer cualquier distancia que se te interponga, aunque claro, en este desnivel, porque subiendo la Cresta del Gallo otro gallo cantaría. Redundancias aparte, me doy cuenta de que a cincuenta metros viene otro ciclista. No me va a coger, me encuentro bien. Y sigo pedaleando, con la misma respiración. Llego a ese antaño maravilloso edificio que cierto alcalde socialista tuvo la gran idea de donar a familias gitanas y que ahora no es más que un cascarón en ruina de una historia que ya nadie conocerá. Y miro a mi espalda: ni un metro me ha recortado. El repecho final... Y llegué. No estoy tan mal como creía. Lo he subido del tirón y con plato llano y piñón 3. Dentro de un mes lo intentaré con el 4.

Me siento en el muro de piedras que hay en la bajada a las barbacoas. Me quito el casco y bebo agua de uno de los bidones. Y miro hacia la carretera a esperar a mi autoproclamado adversario. Y... ¡Enhorabuena, has sido capaz de derrotar a un viejo de sesenta años! Me da a mí que debo darle más guerra a mi bicicleta nueva...

7 comentarios:

ladiya dijo...

el viejo era el feny???

xxD

quillo_3 dijo...

te dejó en casa, comió y dijo "a la mierda el curso" y se hizo al monte de nuevo XD

feny dijo...

toda cuesta merece ser subida contal de sentir su bajada

Juliette dijo...

Jajaja no te preocupes Quillo, todo es entrenar!! Zamora no se conquistó en una hora, poco a poco...

quillo_3 dijo...

me consuelo con que el viejo ese no tendrá nada que hacer en su vida y no parará de coger la bici XD

feny dijo...

eso o hace bastantes cosas , pero tiene la fuerza d voluntad pa cojer la bici tos los dias, y reventar a los jovenes q se encuentra, q tanto aprecian el sofa la birra y el cochinillo

ladiya dijo...

eso es un zás en toda la boca como pocos

^^



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