25 diciembre 2008

Historias de la Crisis. De corredor de Bolsa a vendedor de árboles navideños.

El sector financiero ha sido uno de los más afectados por la crisis económica de Estados Unidos. Miles de personas fueron puestas 'de patitas en la calle' cuando Lehman Brothers y Merrill Lynch se declararon en bancarrota. Es el caso de Tucker C., un veinteañero de Filadelfia que ha pasado de trabajar para una importante firma de Bolsa en Nueva York a vender árboles de Navidad a las afueras de su ciudad natal.

Tucker es el vivo ejemplo de que en esta crisis los ricos también lloran. Proviene de una familia acomodada de las afueras de Filadelfia. Estudió en la Episcopal Academy, una de las cinco high school más importantes y prestigiosas del país, y más tarde se licenció en Hobart and William Smith College, en Nueva York.

Tras dos años trabajando para una firma de Bolsa en Manhattan, su compañía le despidió junto a otros muchos compañeros. "Aquellos días fueron duros, pero al menos yo soy joven y no tengo una familia de la que ocuparme. He visto mucho dolor entre los empleados que llevaban años dedicados en cuerpo y alma a la compañía y ahora se han visto sin nada —relata Tucker—. Fueron unos días muy tristes y desesperantes porque no sabíamos hasta qué punto la cosa podía ir a peor", explica.

Después de varias semanas pensando qué hacer con su vida, y una vez deshechada la idea de encontrar un trabajo en el sector financiero —tarea imposible ahora mismo en Nueva York—, Tucker dejó su apartamento en la 'Gran Manzana' para regresar a casa de sus padres. "Necesitaba hacer algo. Algo físico y bonito. Así que se me ocurrió vender árboles de Navidad", sostiene. Su negocio navideño se encuentra en una carretera al oeste de Filadelfia y por ahora no va mal.

Lejos de dramatizar con su situación, este joven de Filadelfia cree que la crisis le ha acercado más al mundo real y, en cierta medida, le ha hecho más humano, aunque confiesa que le costó hacerse a la idea de su nueva situación económica. "Ayudo a la gente a elegir su árbol y les deseo Feliz Navidad. Siento que, de algún modo, les hago felices. Si te digo la verdad, no echo de menos la oficina", comenta sonriente.

A corto plazo, a Tucker no se le pasa por la cabeza volver a el sector financiero. Cuando terminen las navidades y cierre el negocio, piensa mudarse a Colorado y buscar trabajo como monitor de esquí. Un trabajo físico, humano, y en contacto con la naturaleza. Eso es lo que busca. Para él se acabaron los índices Dow Jones, las interminables jornadas encerrado en la oficina y el estrés. Bendita crisis.


Fuente: soitu.es

2 comentarios:

El Americano dijo...

Interesante pero cuando acabe la época de navidad, verás como se le quita esas gilipolleces y vulve a los mercados.

Luki dijo...

Jajjajajjajaja hombre mas que na xq su family no se ha gastao 346566734453 dolares en su formacion para que acabe de vendedor de arboles o de monitor de esqui.. pero la historia representa las consecuencias de la crisis hasta en la gente mas acomodada.



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