14 noviembre 2008

14 de noviembre

Y un año más nos vemos en la misma paradoja de siempre: Recordando un cumpleaños en el que no se cumple nada. Ni felicitaciones, ni canciones, ni regalos, ni sonrisas. Sólo el maldito recuerdo de una edad que en vez de avanzar, se estancó en una primavera sombría. Y yo para variar, no distingo si me quedo triste, cabreada o las dos cosas a la vez trotándome en el alma. Sea lo que sea, el vacío que desde entonces me deja su ausencia no varía mucho marque el calendario un 14, que un 27 que un 10. Desgraciadamente, todos los días son igual de injustos para los alrededores de una vida arrebatada demasiado joven por los antojos del destino.

2 comentarios:

ladiya dijo...

vaya k sentido...

siempre es una pena perder algo o alguien querido; la cosa es no estancarnos nosotros tb...

quillo_3 dijo...

Una puerta se abre siempre cuando una se cierra...



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