29 abril 2008

UN ACTO DE FE

A menudo viene a mi la imagen de Indiana Jones al borde del precipicio en que acaba el estrecho pasadizo de roca en el templo templario de Petra donde aguarda el Cáliz.
Nunca olvidaré esa escena tan impresionante en que ahí parado, ante un insodable abismo saca su librito de notas (el diario de su padre) y consulta los dibujos y se dá cuenta de que se trata de un acto de fe; de que debe creer, confiar, abandonarse a lo que de verdad cree, debe despojarse de todo su miedo, de toda su razón (que le dice que caerá al vacío), de todas sus dudas... y confiar, confiar en que sea cierto lo que cree, en que se salvará, en que son verdaderas las enseñanzas.

Y ante mi asombro, aún me asombro al recordar al escena que me impactó más allá de todo lo imaginable, Indi camina sobre el vacío... bueno sobre un puente disimulado.

Muchas veces en mi vida cuando me toca confiar en los demás me viene esta imagen, la del puente invisible, la del acto de fe, la de pensar que hay algo más, algo que motiva lo que esa persona hace.
Y confío y me entrego, y abandono mi razón y mi miedo y confío; entrego lo que se me pide, otorgo paciencia y espera y ... y con independencia del resultado, que no viene al cuento, realizo uno de los actos más exigentes y duros para cualquier persona, y que no es otro que el de confiar.



La confianza, "el acto de fe" como lo llamaban en la peli, es algo inusual e inaudito me atrevería a decir.
Supongo que para una persona tan inocente, "bienpensada" y confiada como yo, este acto de confianza en un ente externo es más... no habitual (que creo que lo es) sino llevadero; supongo que las barreras mentales qeu nos limitan la confianza en los demás en mi caso son más ligeras.
Y podría poner ejemplos de personas que relamente reconocen no confiar jamás en nadie, en otorgar el mismo valor que a una boñiga las solicitudes de confianza en ellos depositadas; ¿pero de qué serviría? No trato de poner nombres ni apellidos a las personas cuyas actitudes deploro, no. Mi inteción es meramente "desahogatoria" y si acaso denunciatoria. Con la seguridad de predicar en el desierto a escorpiones sordos hambrientos de pies que picar.

¿A dónde voy?

Sólo trato de hacer reflexionar sobre esas veces en que solicitamos algo de alguien, lo que sea, y esa persona, que carece de toda la información, es reacia a complacernos, a veces en cosas realmente simples, por que no confía. Mucho "Confío en tí" y pamplinas "biensonantes" similares, pero haced examen de conciencia y pensad en cuantas personas confiais relamente, a cuantas personas seguis sin reservas...

Que asco de mundo donde los inocentes son machacados sin remisión y si no muestras la misma desconfianza y maleza circundante serás explotado hasta la práctica exclavitud. Y sin embargo de vez en cuando te topas con una persona que te hace perdonar al resto de la deplorable raza.

Así que la próxima vez que alguien os pida o aconseje algo... miradlo como un acto de Fe... total, creeis en un Dios por el mero hecho de creer, pero desconfiais de las personas de carne y hueso que teneis delante...

3 comentarios:

quillo_3 dijo...

Primero, no sé otros, yo no creo por el mero hecho de creer, pero se ve que tú concives que el que crea es por que tiene que creer en algo...

Segundo, hasta tres veces anoche te desee suerte, si por ahí por dónde van los tiros, sin conocimiento de causa, y curiosa es que estas palabras provengan de una persona que es capaz de no desear la suerte de algo tan simple como que gane el barça, cosa que a un servidor le haría feliz, ¿porque a Zp y a muchos catalanes malutos los va a fastidiar? Vaya hombre, qué curioso...

En fin, nos podríamos quejar muchos de muchas cosas, y de muchas decepciones, que desde luego no eres el único que las tiene...

quillo_3 dijo...

Por cierto, lo cortés no quita lo galante... mejor redactado esto que otras cosas

Juliette dijo...

"...y con independencia del resultado, que no viene al cuento, realizo uno de los actos más exigentes y duros para cualquier persona, y que no es otro que el de confiar."

Como no se la historia real que inspira esta entrada me limitaré a decir que me ha encantado tu manera de enfocarlo, que yo suelo confiar mucho en la gente y me he llevado grandes ostias, pero que aunque sea duro y puedan hacerte mucho daño, si no somos capaces de confiar en la gente, no somos nadie.

No es malo confiar, sólo hay que tener cuidado en quién confias dos veces.



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