19 abril 2008

Son 2:20 de la mañana



Es la hora que reza el título y no logro encontrar una motivación aparente para mantener la mente viva. Pienso que sólo cuando dejas de jugar, se envejece... He llamado a Cristina y me siento culpable pues estaba en el 5º o 6º sueño... Es otro de mis días estúpidos, noche más bien, esos que me llenan de inspiración sin motivación, ganas de acometer sin destino o meta... Me tomo un batido de chocolate con un poquito de Barceló Imperial y me digo, ¿qué demonios? Mañana no habrá monte... pero seguro que habrá bici... Significa que estoy cambiando. El hombre que rie pasa olímpicamente de reir, quiere como nadie a los que cree que remuneran tal cariño pero no necesita de otra meta más que el propio conocimiento, crecimiento y lógica, sú lógica, que no cuadrícula. No importa si a uno lo entienden o no, importa pensar que quizá alguno piensa en él lo mismo que uno piensa en ellos... Saber que a alguien le importas es reconfortante, ¿no? Por lo menos siempre me quedará la bici, por lo menos esas 2 o 3 horas que paso sobre ella, sí, sufriendo, vale, son horas -serán, espero- en que la mente cavila el rumbo a tomar en su rosa de los vientos. Es un consuelo.

Y ahora, Juliette, vas y lo cascas...

2 comentarios:

Juliette dijo...

"No importa si a uno lo entienden o no, importa pensar que quizá alguno piensa en él lo mismo que uno piensa en ellos..."

Estoy segura de que tú desde allí y yo desde aquí, de alguna manera nustras almas a veces se unen para formar una sóla sin que los dos lo sepamos.

quillo_3 dijo...

La verdad es que no sé qué contestarte... tú lo has definido mejor que yo!!!



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