¿Qué haría el tito Clint? (Primera entrega)

- ¡Y una mierda! ¿Tú te crees que soy tonto…?

- ¿Desde cuando puedes ganarle a un mago nivel 20 con una mierda de orco?

- Te aseguro que es posible, yo lo he hecho.

- Pero tío… ¿es que no te das cuenta de que estás diciendo una gilipoyez?

Joder, ya están de nuevo. Es lo peor que tienen: los videojuegos. Bueno, y el roll, claro. Por lo visto no solo les mola eso de tirarse horas delante del ordenador con un muñequito que le pega ostias a otro, no, tienen que también amargarme la reunión con sus discusiones de a ver quien tiene la poya más gorda. Y es que he llegado a la conclusión de que todo se resume a eso… si uno elige un orco, por ejemplo, debe ser por:

1. Se siente igual de feo. En algún caso se podría afirmar, pero sería mi opinión subjetiva y dudo mucho que alguno se mire demasiado al espejo. La limpieza no es su punto fuerte.

2. Quiere ir de outsider. Sí, les suele molar eso de ir a la contra. Ojo, lo comprendo. Imaginad que todos fueran magos. Vaya mierda de juego, ¿no? Claro que si vas de orco debes insultar a las hordas del bien, o como coño se llamen. Es decir, los feotes siempre tenemos la poya más gorda. O algo así.

Ah, mierda, espera que os los presente. El primero que ha hablado se llama Alex. Es por así decirlo el líder. Sospecho que los demás no se dan cuenta pero lo normal es que siempre se imponga. El segundo es Carlos. Suele ser más diplomático. Y el tercero es Ángel. La discusión básica de la poya más gorda se resume en un rasgo muy común en Ángel: el siempre es capaz de ello. Sigamos con nuestro ejemplo: un orco feo y con la poya grande ha matado a un mago nivel 20, que aunque no tengo ni puta idea debe ser mucho por cómo le rebaten los otros dos. Se puede deducir dos cosas: o bien el mago es maricón y con la poya pequeña o bien Ángel se lo está inventando. Quizá también sea que en una nube de marijuana haya soñado algo parecido. O quizá sea verdad; yo me decanto por lo de que se lo inventa. No es porque no le crea, sino porque siempre él hace cosas que los demás somos incapaces de siquiera imaginar. Al principio entraba al trapo como los demás. Ahora veo que es un rasgo identificativo.

Bueno, dos cosas más. Yo soy Paco. Voy a ser vuestro narrador. Soy también uno de ellos aunque somos todos un poco diferentes. Pero eso os dejo que lo vayáis descubriendo. Por cierto, la situación se desarrolla en casa de Carlos. Supongo que sus padres o bien han salido a cenar, están en la playa o se han ido a la mierda, no lo sé, el caso es que está sólo y nos ha invitado a que cenemos y nos emborrachemos. Algo normal a nuestros veintipocos años.

Sigamos.

- Oíd esto, un ordenador con Intel Core dúo por solo 900 euros. A ver si ahorro un poco y me lo compro porque el dolby que me compré me dejó sin un duro.

Éste es David. Se caracteriza porque siempre está hablando de tecnología, de procesadores, de programas informáticos y demás cosas por el estilo. Basta decir que él siempre sabe más que nadie de todas esas cosas.

- Yo esperaría a que bajara a los 600 como mínimo. En varios meses estará más barato – dice Carlos. Se me olvidaba deciros que todos saben de estas cosas. A mí me parece un mundo por descubrir… no creo que lo intente.

- Mi ordenador va a fuerza peo últimamente. Creo que me ha entrado un virus. – digo yo. No sé por qué suelto estas paridas. En realidad mi ordenador va perfectamente pero o es eso o ponerme a hablar de orcos y magos y mi afán Tolkien se quedó estancado desde la última vez que vi la película. Eso sí, leí los libros antes. No soy como esos putos niñatos que se ven las películas, se compran camisetas con el maricón de Frodo y llenan las tiendas de roll hablando de Warhammer y demás sin siquiera haberse leido el libro. En fin, los hay peores; seguro que alguno se ha comprado el último disco de David Bisbal.

- ¿Qué antivirus tienes? – salta David.

- El Norton.

- Eso es una mierda. Vaya teleco estás hecho que no entiendes nada de informática. El mejor es el Kaspersky.

- ¿Y qué coño pasa si no me flipo con mi ordenador como si fuera una nave espacial? – Sí, éste es el inicio de otra discusión con David. Os lo adelanto, suelen ser muy frecuentes. Supongo que David, ya que no juega al roll por las noches, mide su poya según lo rápido que sea su procesador. Aunque lo que me tiene intrigado es si pensará que puede tener dos poyas por comprarse un ordenador con dos procesadores…. Él sabrá. La medicina avanza a pasos de gigante…

- Pues así no te va a contratar nadie. No sé lo que te enseñarán en la carrera pero sin conocimientos de informática no vas a ninguna parte.

- Eso me lo dice un técnico de diplomatura. – No es que piense que tenga algo de malo una carrera técnica. Que va. Ojalá cuando termine tenga tanta oferta de trabajo como ellos. Lo digo porque sé que le toca los huevos. En eso soy un experto. Puedo tocarle los huevos a cualquiera de ellos. Bueno, el único que no se altera es Carlos. Es difícil pero nunca perderé la esperanza.

Me levanto y me voy. Estoy un poco cansado de entrar siempre al trapo con David. De repente he pensado que hablar de orcos no está tan mal.

- Pues el otro día vi por quinta vez Starship Troopers. Sigue estando tan guapa como la primera – dice Alex. Como no, el hecho de ser aficionados a la guerra, al roll, a los videojuegos y a la informática conlleva el gusto por películas en que lo más destacable sea explosiones, bichos más reales que la fea de la madre de alguno y un presupuestazo sin guión. Starship Troopers lo reune todo.

- Madre del amor hermoso. Esa película es una mierda – sí, suelo ser así de taxativo -, no tiene ningún argumento, los actores no valen un duro y la estructura argumental es como Robocop.

- ¡Qué coño dices! ¿Tú has visto Robocop? Sale un robot mitad hombre, mitad máquina. En Starship Troopers salen bichos.

- Ah, vale, es que no sabía yo que si copiabas la música, si montabas la trama como un telediario de máxima audiencia y si usabas la misma fotografia no estabas copiando una película. Ya sé cual ha sido mi error, he dicho estructura argumental. Mierda – Sí, también soy un sarcástico.

- A ver listo, ¿qué película has visto últimamente? – Joder. La última película que he visto es Tarántula. Vale, es un clásico del sci-fi americano de mediados del siglo XX pero salen bichos, su estructura es clásica, sin innovaciones salvo la araña gigante y sus actuaciones no lucen por la brillantez.

- Carretera perdida, de David Lynch. – Siempre es bueno tirar de memoria.

- ¿Y de qué va eso?

- Una trama cíclica, destructiva y perturbadora sobre el drama de dos personajes atormentados por hechos surrealistas que retuercen sus vidas. Innovadora por su técnica y guión, vamos, un clásico de finales del siglo XX.

- Puff, suena a coñazo. – salta Carlos. Suele ser conciso pero da en el clavo. De acuerdo, Carretera perdida está genial pero para ellos sería una mierda. Hasta a mí me costó entenderla del todo. En fin…

- ¿A que sí, Carlos? Este tio siempre nos sale con películas que sólo él ve.

- Como tú digas, sigue con tus flipadas de tropitas del espacio.

Suena un móvil. David se levanta y se va a la otra esquina de la habitación. Tarda unos minutos y vuelve pero no se sienta.

- Me tengo que ir. Estoy cansado – ya, claro – y mañana tengo que estudiar que llevo mal los exámenes.

- Venga, no jodas, ¡si son las 12 de la noche! – dice Carlos.

- Lo siento pero ya seguiremos otro día.

Coge la chaqueta y sale por la puerta despidiéndose con algo que no se llega a escuchar claramente.

- Seguro que era su novia. Ya no sale casi nunca y cuando lo hace ella lo tiene siempre controlado – aclara Carlos.

- La sargento le habrá recordado que mañana tiene que estudiar… - digo yo.

- El día que yo tenga de nuevo novia no volveré a caer en los errores que tenía con Lucia – dice Alex.

- Ni yo con Marta. – añado yo.

- Eso está por ver… - concluye Carlos. Lleva más razón que un santo.

- Venga ya, ¿tú crees que somos tan tontos como para caer dos veces en el mismo error? Después de lo de Lucia no vuelve a atarme en corto nadie.

- Claro que sí... – dice Carlos. Él también sabe ser sarcástico.

La noche sigue como siempre. Se nota poco la diferencia porque los temas son los mismos aunque se habla menos de informática… El 3 de febrero termina con todos medio borrachos volviendo cada uno a su casa desde la de Carlos que está a tomar por culo de todas las demás.