Ve tranquila, que yo me fumo tus suspiros y con las lagrimitas me hago un caldo de nostalgias esta noche. Con un buen vino trago los sueños atormentados de tu otra mitad. Me bebo poco a poco tu inconformismo con tus retorcidos y falsos deseos. Corto en trocitos tus caprichos y renuncias y rehogo con un chorrito de cobardía a fuego lento. Quema, huele a tristeza y esta soso. Las opciones desechadas no son fáciles de tragar. El sentido común y lo correcto es más digestivo pero no tiene un sabor muy exquisito. La locura es deliciosa pero suele acabar haciendo daño o dejándote con más hambre de la que ya tenías.
La curiosidad es la culpable de los peores empachos que sufre el subconsciente cuando tenenemos que elegir. La curiosidad... y la duda. Nos ataca y picotea durante todo el camino dejándo marquitas de arrepentimiento en cada huella. Siempre hay días en los que lamentamos todas las sendas que pudimos recorrer y no recorrimos. En cualquier caso, es nuestra elección, y toda decisión conlleva una pérdida. Así que con resignación y voluntad aprendida, tragamos, olvidamos y digerimos, saboreando con gusto cada una de nuestras renuncias.
2 comentarios:
muy buena la receta juliette
un poco cargada de más con cruda realidad, pero muy bien escrita xD
Pues si,,, así si da gusto tomarse un caldo o un brevaje y sacarle el máximo de productividad.
Muy gonito!
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