Hoy tengo uno de esos días condicionado por las asquerosas hormonas femeninas. Una mañana horrible en las que la vida se te agarra al cuello y sientes que respirar te resulta más complicado que otras veces. Todo tiene el mismo color que ayer, pero hoy mi existencia se resume a un pequeño nudo en la garganta. Es fustrante no hacerte caso ni a tí misma. Todo esta en la mente, me digo... y ni con esas consigo abrir los ojos más de la mitad, ni caminar con la cabeza erguida.
Hoy, un día de cama, sofá y buen libro, pero tengo que estar en la maldita biblioteca con mis condenados temas. Al menos aquí estoy sola y no tengo porque fingir sonrisas, ni pedir disculpas por no tener ganas de ser positiva y enérgica. Emito pequeños grititos cuando suspiro pero no se si será mi subconsciente pidiendo ayuda o mi ambivalente autoestima agonizando. Los minutos me pinchan cruelmente los ojos así que dejaré mis reflexiones internas por hoy...
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