Para los turistas y para los mismos londinenses que viven en el centro es casi imposible evitar pasar la céntrica plaza. El triángulo que la cerca no puede ser más significativo, Buckingham Palace, Piccadilly Circus y Leicester Square. En definitiva que todos los que pasean por Covent Garden, salen por el Soho o cenan en China Town acaban viendo el famoso pilar.
Situado en la esquina noreste, el pedestal estaba destinado a sostener la estatua del rey Guillermo IV, pero los fondos de la época se quedaron sin dinero y, tras permanecer siglo y medio desocupado, en 1999 las autoridades londinenses decidieron ceder el plinto al arte contemporáneo.
Cada año es elegido un artista para que pueda plantar allí su obra y en esta ocasión Gormley se ganó el voto del jurado con una propuesta que no tenía precedente alguno: durante cien días, cada hora se puede subir cualquier persona para hacer absolutamente lo que quiera en el escenario majestuoso. No hay normas. No hay censura.
Y así ha sido. El pasado seis de julio a las 9 de la mañana, subió el primer participante. Para ser exactos, se coló antes un activista que luchaba contra el tabaco. Y desde entonces el goteo no ha cesado. Arte o no, la "obra" del escultor se ha convertido en la sensación de este tormentoso y lluvioso verano londinense.
Sólo 2.400 personas serán los afortunados de formar parte de la "escultura" histórica, pero, de momento, se han registrado 27.418 solicitudes. Un sorteo decide quién podrá subir al pilar, pero desafortunadamente para los turistas, las reglas sólo permiten «ser obra de arte» a los residentes en Gran Bretaña mayores de 16 años.
Bajo el sol (no muy insistente, la verdad) y la lluvia (esta si que está muy presente en el mes de julio), hasta el día de hoy se han subido al plinto gente de todo tipo. Los que han reivindicado los derechos de la mujer, los que simplemente se han pasado un hora leyendo, los que se han decidido por filmar a la gente, los que se han puesto a comer, los que se han homenajeado al autor de la obra con esculturas hechas de pan, los que han hablado de la esquizofrenia, los que se han subido disfrazados, los que han gritado a todo el mundo «¡que pasen un buen día!», los que han bailado, los que han tocado el violín, los que han llorado, los que han recitado poesía, los que han protestado por la ablación…
"Al principio me parecía una ridiculez, pero ahora reconozco que me he vuelto una auténtica adicta. Trabajo por aquí cerca y siempre vengo a ver quién está", dice una mujer. "Para ser sincero no me parece arte, pero creo que es una oportunidad fantástica para dejar que la gente se exprese", recalca otro chico.
Mientras ellos debaten, una grúa sube al siguiente participante y baja al que ya ha tenido sus "60 minutos de gloria". Se trata de Neil Ssutcliffe. Tiene 50 años y se ha pasado una hora leyendo la Biblia ante el público mientras su hija le grababa con una cámara de video. "Siempre me ha gustado hacer cosas distintas. Me apunté nada más enterarme de la noticia y aquí estoy", dice.
El siguiente en subir aguanta impaciente en los vestidores que la organización ha preparado para la ocasión. Su hermana apuntó a toda la familia y la suerte la escogió a ella. Entre bastidores, se ve a otro participante. Se trata de un oso gigante que va a pedir a la gente que se de muchos abrazos. En otras circunstancias no podría llevar semejante disfraz por las altas temperaturas que se le presumen al mes de verano. Pero se trata de Londres. Llueve a cántaros. El gran "pelaje" hasta se agradece.
Se puede seguir en directo el acontecimiento en la web: www.oneandother.co.uk . Dura hasta 16 de Octubre.
Fuente: soitu.es
1 comentario:
Que cosa tan simple y que significativa. Eso mola porque permite a cualquier persona ser artista y no solo de salón. Bien por ellos.
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