- Ah, sí, son las diez.
- Vale, gracias.
Quince minutos después
- Parece que no pasa mucha gente por aquí…
- No, lo cierto es que no.
- Es lo de costumbre. A veces estoy sola o como mucho hay una o dos personas.
- Bueno, es que coger el autobús a estas horas no es normal.
- ¿Qué tiene de anormal?
- Disculpe, lo que quería decir es que al ser tan tarde la gente ha cogido algún autobús anterior al último.
- No veo por qué. Si pasa el autobús es porque hay gente que lo coge. Su apreciación, disculpe que le diga, me parece incorrecta.
- Seguramente lo será…
Un minuto más tarde
- ¿Qué hora es ya?
- Y dieciséis minutos.
- Es decir, y cuarto.
- No, y dieciséis minutos exactamente. Ya que usted es tan suspicaz, creí que le gustaría saber con precisión qué hora es.
- ¿Y por qué iba a querer saber eso?
- Porque si le hubiera dicho que son y cuarto seguro que me hubiera contestado “¿seguro?” y entonces al decirle que son y dieciséis minutos me hubiera increpado que la exactitud es básica porque sin ella no se puede saber el tiempo justo que falta para que llegue el autobús.
- ¡Qué retorcido es usted!
- Anda la leche…
Otro minuto más tarde
- Disculpe…
- Y diecisiete, ¡nada más que ha pasado un minuto, joder!
- Pensaba pedirle disculpas por mi actitud pero ya veo que usted está tanto o más estresado que yo…
- Vale, me parece que hemos empezado con mal pie… Yo me llamo Paco.
- Eso está mejor, yo Cristina.
- Encantado.
- Mejor… ahora podemos tutearnos el resto de los 14 minutos exactos que restan para que llegue el autobús.
- Bueno, no es que sea muy hablador…
- Yo sí lo soy.
- Vale…
- Hago hablador hasta a un autista.
- De hecho algunos autistas hablan…
- Espera un momento, ¿tienes buena memoria, Paco?
- Bastante, ¿por?
- Retrocede un minuto más o menos, ¿lo tienes?
- Eeeeh… ¿sí?
- Ese eras tú, el capullo estresado y yo acabo de decir algo ingenioso al decir que haría hablar hasta a un autista luego lo más cortés por parte de un perfecto caballero como aparentas por tu gabardina larga y el traje que supongo llevas debajo es cuanto menos reírse.
- ¡Ja ja ja!
- Ahora acaba de ser usted un señor bastante falso; si no le hace gracia no debería reírse de la gente.
- Yo…
- Espero que disfrute de los diez minutos que deben quedar en silencio.
Tras otro minuto
- No me reía de usted. Me reía porque me pareció ingenioso eso de retroceder a ver a mi capullo estresado. Discúlpeme, si la he ofendido.
- Disculpas aceptadas, Paco. ¿Puedo saber por qué me hablas de nuevo de usted?
- Pues porque hace nada ha vuelto a hablarme de usted cuando me ha llamado falso.
- Ah, perdona, Paco. Verás, es que cuando un desconocido al que llevo poco tiempo tuteando me disgusta vuelvo inmediatamente a tratarle de usted, aunque ese tratamiento de cortesía sea inmerecido.
- Oh…
- La verdad es que deberías disculparme a mí. No acostumbro a hablar con el primer desconocido que veo en una parada de autobús pero he tenido un día de esos de mierda que hace que debas salir por algún sitio… hay gente que sale a correr, otros se emborrachan y yo le he visto a usted con esa gabardina tan pulcra y me he dicho “¿qué demonios?”. Paco, ¡estás imponente! ¿No te lo habían dicho nunca?
Catorce segundos después
- ¿Y ahora por qué te quedas callado? Pensaba que esa fase de nuestra nueva relación la habíamos dejado atrás…
- La verdad es que no estoy acostumbrado a que me digan piropos… Espera un momento, ¿nuestra nueva relación?
- Ah, pero… ¿es que no lo sabes? Bueno, aunque todavía no lo sepas, eres mi nuevo novio.
- ¿Qué? Dios, que presumida.
- ¿Es que tengo por qué serlo?
- Eh, eh…
Treinta segundos después
-Volvamos a hablar, ahora que seguramente ya se te ha bajado un poco la adrenalina, ¿no?
- Lo siento, pero es que no me gusta esa forma de hablar que tienes, Cristina, tan directa. Y mucho menos que presupongas que voy a ser tu nuevo novio, creo tener algún poder de decisión sobre este tema.
- Ya veo, no crees que tenga nada por lo que presumir.
- Nada de eso, eres guapísima…
- Así que lo soy… ¿ves? Comienza a ser verdad lo que he presupuesto.
- Eh… Joder, no hagas eso.
- ¿El qué?
- Eso, yo no soy una marioneta.
- No pretendo que lo seas. No me gustaría tener una pareja en la que siento que solo estoy yo. ¿Sabes? Si solo eres tú la que manda, es más como tener un perrito al que le das órdenes y obedece.
- ¡Que no soy tu novio! Deja de hablar así…
- Yo no he dicho eso… he presupuesto que lo serás.
- Sí que lo has hecho, has dicho que soy tu nueva relación.
- Pero esa nueva relación no tiene porque serlo ahora en presente sino también en el futuro.
- No se puede hablar contigo…
- ¿Quién lo diría? Mira a tu derecha… llevamos media hora de cháchara y ahí viene el autobús.
- Menos mal.
Cinco minutos más tarde, en el autobús
- ¿Puedo sentarme, Cristina?
- Claro…
- Verás, es que no me gusta esa forma de hablar…
- Bueno, pero te has sentado aquí a mi lado así que esa forma de hablar era la correcta.
- ¿Es que lo tienes todo pensado?
- Claro, llevo desde que nos sentamos en el autobús mirándote furtivamente y parece que he conseguido lo que quería.
- ¿Es que soy una presa o algo por el estilo?
- Bueno, eres encantador. Normalmente no conozco personas como tú y todavía restan unas cuantas paradas para que me baje por lo que no vendría mal reanudar nuestra conversación, ¿no crees?
- Sí, me encantaría.
- ¿Ves como eres encantador? Oh, vamos, no te pongas rojo como un tomate. ¿Sabes? Lo que hace que las grandes ciudades sean una mierda es que la gente no dice lo que piensa nunca. Se ven, se cruzan, quizá se saluden, pero nunca se dicen lo que están pensando. Por ejemplo, tú te has puesto rojo ya dos veces. Una porque estás imponente, y es verdad, y otra por decirte que eres encantador.
- Bueno, normalmente nadie me dice ambas cosas y ni mucho menos mirándome con esos ojos que tienes, Cristina.
- Entonces, veo que sí tengo por qué presumir, ¿no?
- ¡Ja ja ja! Veo que le sacas punta a todo.
- Por supuesto, estoy ligando y debo parecer ingeniosa.
- Créeme, lo eres.
- Gracias, caballero.
- De nada, señorita.
- ¿Señorita? ¿Quién presupone ahora que no tengo pareja estable o incluso que no esté casada?
- Oh, lo siento.
- No lo sientas, no lo estoy. Y no pidas perdón por cada cosa, Paco. Solo estoy observando tus reacciones. Es una de esas cosas obligadas cuando intentas ligar con alguien, ya sabes, para saber si te gusta o no.
- Ah…
- Además, si tuviera novio no estaríamos teniendo esta conversación.
- Es cierto.
- Acabo de decirte implícitamente que no soy de esas chicas que andan creando nuevos seres de esa especie tan de moda llamada cornudos.
- Me alegro.
- Ahora es cuando tú deberías decirme si tienes novia o esposa. No soy tampoco de las que andan quitando novios o rompiendo matrimonios.
- Eh, no, no tengo ni lo uno ni lo otro.
- ¿Y cómo es eso? Perdona que me repita pero eres encantador, llevamos poco tiempo conociéndonos pero diría que también eres buena persona y con esa facha estás imponente. ¿No se acercan más chicas a ti en paradas de autobús como he hecho yo?
- No, como tú no.
- Eh, Paco, ¿eso es un cumplido? ¿Ves como también puedes hacer que yo me ponga colorada?
- Eso es el maquillaje…
- ¡Ja ja ja! Bien, Paco, bien. Ya has hecho que me ría. Sigue por ese camino. Las chicas como yo siempre queremos estar riéndonos y los chicos que consiguen hacer reír a las chicas suelen tener muchas oportunidades.
- Bueno, me cuesta arrancar. Supongo que una persona tan directa como tú impone, la verdad.
- Pues todavía te queda que soltarte, ¿no? Cariño, los tres pilares de una buena relación son: confianza, risa y conversación. La primera y la más importante es la confianza. Puedo confiar en ti, según parece, pues creo que tienes buen fondo. Ayuda bastante que no tengas un anillo en el dedo y creeré que tampoco tienes novia. La segunda, la risa, engendra alegría y ¿qué es una relación sin alegría, Paco? Un matrimonio protestante.
- ¡Ja ja ja ja ja ja ja ja ja!
- Bien, y llegamos a la tercera, la capacidad de conversar. Los humanos somos seres sociables y si en una relación las personas no se hablan y se cuentan cosas está condenada al fracaso y pues veo que te ha hecho tanta gracia lo del matrimonio protestante parece que no solo eres fachada de gabardina sino que tienes algo de cultura, lo suficiente cuanto menos para que me hayas picado más la curiosidad. Paco, vas por buen camino…
- Joder, se me hace difícil contestar a eso algo ingenioso.
- Venga, te doy treinta segundos, cronometra…
A los treinta segundos
- Pues… yo creía que en las relaciones buenas el sexo debería acompañar, ¿no?
- Oh, bueno. Verás, es muy importante, cierto. Pero si lo piensas es consecuencia lógica de los tres postulados anteriores. Si hay confianza en una buena relación llegas al sexo, sin ello, las chicas que no son de poner cuernos como yo no lo hacen puesto que no somos de las de una noche aquí te pillo y aquí te mato. Lo mismo se puede decir de la capacidad de conversación porque sin ella la gente no se conoce y si no se conoce no llega a confiar en la otra persona. Pero el sexo no es nada sin humor. Imagínate dos cuerpos solamente pumba, pumba, pumba. Sin salsa, sin un engatusamiento previo, sin ingenio morboso, ¿lo tienes? Sí, seríamos algo así como cerdos copulando…
- Dios, qué imagen…
- ¿No has visto a dos cerdos copular?
- No, pero supongo que se les pone la cola tiesa…
- ¡Ja ja ja ja ja ja!
- ¡Estoy descubriendo un hombre chistoso en mí!
- Bueno, lo que estás descubriendo es que te gusto y que tú me gustas; eso se deduce de nuestras risas pues parecen sinceras, ¿no?
- Claro. Me tienes sorprendido. Y sin sorpresas no hay nunca una buena relación, ¿no es cierto?
- Ja, claro, si tuviera que existir una cuarta sería esa.
- ¿Y por qué no la incluyes?
- Porque solo son tres.
- ¿Y no pueden ser cuatro?
- He dicho tres. Si no, serían los cuatro pilares de una buena relación y he dicho los tres. Soy una mujer exacta.
- Ya veo, como lo de si son y cuarto o y dieciséis…
- Bueno, disfruto de mis contradicciones.
- ¡Ja ja ja!
- Paco, ésta es mi parada. Quedan menos de treinta segundos para bajarme… ¿No deberías pedirme el teléfono?
- No.
Treinta segundos después
- Disculpa, Cristina, no habíamos terminado nuestra conversación.
- ¿Qué haces bajándote del autobús? No me digas que vives en mi mismo barrio… - Querida, todavía es pronto para que sepas dónde vivo, ¿no crees?
- Ja, bueno, eh… tú ya sabes que vivo por aquí.
- Pero no exactamente…
- Eso podemos solucionarlo… ¿quieres subir a cenar? Supongo que aún no lo habrás hecho y puesto que a ninguno de los dos nos espera ningún novio o esposo en casa podríamos cenar juntos.
- ¿No se supone que un buen caballero debería acompañarte a tu casa y despedirse pidiéndote el teléfono sin subir a tu casa en la primera cita?
- Cielo, la prueba de la caballerosidad ya la tienes superada pero si una chica te pide que subas a su casa no seas gilipollas y digas nada que no sea “sí, me encantaría”.
- De acuerdo, si insistes…
Tras una hora, dos platos, un postre y sexo en una cama de matrimonio
- Ufff… ¡Paco, tenemos que repetirlo más a menudo!
- Cristina, necesito un poco de tiempo, la verdad...
- No, imbécil.
- ¡Ja ja ja! Sí, Cristina, a mí también me encanta cuando nos hacemos los desconocidos.
11 comentarios:
Muy chulo pero a mitad de texto vi que no era lo que imagine al principio: que seriais tu y Cris cuando os conocisteis. De todas maneras me ha gustado mucho y me he reido un rato. Desde luego Paco y Cris, y su humor... los hacen unicos :-P
Joder que historia más retorcida XD
mola.
sigo diciendo q no se q haces en tu puta carrera. tu en un banco o algo d eso es como si buenafuente fuera funcionario.tu escribe libros o peqeños textos asi en un periodico o algo , q wenafuente ya lleva tiempo en el espectaculo.
pero weno supongo q es la presion d hacer cada dia cosas q aborreces lo q t haces sacar estas flores d vez en cuando
anda. q pensaba q el texto era del charliano. weno qillo t digo algo similar a lo q ya he puesto.
jajajajajja
si es que hay que quererlo!!! es único!! cuando lo hicieron no rompieron el molde... el hacedor se suicidó!!
xxD
Oye Quillo... que me ha gustado como pocas cosas que haya leido en mi vida: fluida, entretenida, espontánea, con sorpresas a cada paso...
MAGNIFIC!!
es cierto, lástima que no te arranques más a escribir...
Muy bonito Quillo y original pero... ¿Soy a la única que le ha resultado un poco cursi?? Diossss... que me esta pasando???
Dios, feni XD
Gracias, a tots!!! ya se lo dije a Carlos que tenía ganas de escribir algo pero no sabía el qué y vi una foto de una chica sonriendo en devianart y se me ocurrió contar una historia de chicoconoceachica pero no quería que pareciera algo que protagonizaría jenifer lopez y conforme escribía iba surgiendo cosas nuevas hasta que se me ocurrió que quedaría muy bien situarlo como una fantasía de una pareja ya estable que todavia se divierte como si fueran adolescentes!!!
juliette, sí, puede ser que sea algo cursi pero... ¿quién eres tú? ¡¡¡sal de ese cuerpo!!! ¡¡¡Quillo te lo ordena!!!
DIO!!
ha dicho DEVIANART!!
si al final tendréis los mismos gustos Luki y tú!!
viva el amor!! haz la guerra al ZOmbi!!!
va a ser ¬¬
muy muy bueno quillo
me ha gustado mucho, aunque no sé decirte exactamente por que
la verdad es que joyicas así podías escribir más a menudo hombre
eso debe surgir, creo yo... forzado no suele salir nada bueno por lo que nunca llegaría a ser un gran novelista XD
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