Carta de despedida a “Mi Vida”
Querida mía, porque fuiste ciertamente mía y de nadie más, te escribo esta carta para que la leas cuando el destino decida que ya hemos sido demasiado felices. Que ha llegado la hora de separarnos.
Quiero agradecerle a la “Vida” el que nos reuniera, el que nos enamorara, el que nos cuidara y nos regalara tanto. No imagino mi vida sin ti, cada momento, cada rato, cada respiración es un recuerdo contigo.
¿Recuerdas la primera cita? Era la primera para los dos, ¡y qué nerviosos estábamos! Aún sonrío al acordarme de mis meteduras de pata y tu cara desencajada. Recuerdo y se me para el mundo mientras te contemplo en mi mente, lo preciosa que estabas con aquel vestido rojo, con aquellos tacones tan sugerentes, con tu melenita suelta sobre los hombros. Recuerdo que cuando te vi, el corazón me dio un frenazo en el pecho y casi sale de él. ¿Recuerdas que me dijiste qué por qué estaba tan rojo? ¡Y aquello sólo sirvió para ponerme aún más nervioso! No enlazaba dos palabras seguidas bien pronunciadas. Sé que alguna vez te lo he dicho, pero deja que te lo repita, en aquellos momentos, en el restaurante, con tu compañía, contemplándote... me sentía el centro del universo, el hombre más feliz del mundo, me sentía en armonía con Todo.
Aquella noche acabó en desastre cuando traté de besarte precipitándome. Siempre he tenido ese problema, he ido a destiempo en ese tipo de cosas. Menos mal que tú eres un SOL y siempre supiste ver más allá de mis tropiezos, eras paciente y ahora sé que me querías.
Lo cierto es que nuestro primer beso, el primero por AMOR, fue a la vez un poco desastre e inolvidable. Desastre por los nervios, por el miedo a defraudarte; inolvidable por que el primer beso por amor no se olvida, no en esta vida.
Nunca olvidaré, no podría ni aunque me lobotomizaran, los domingos en que despertaba unos minutos antes que tú. En mi casa. Y me quedaba mirándote, acariciándote la cara, oliendo tu maravilloso pelo, preguntándome siempre lo mismo: ¿qué tenias que me hacía sentir tan feliz, tan vivo, tan completo?
Me gustaba prepararte el desayuno y llevártelo a la cama. Y tú que sólo querías abrazarme, que nos abrazáramos bajo las sábanas y hacer como si el mundo fuera de ellas no existiera, como si se hubiera detenido el tiempo. Nos gustaba tanto jugar...
O las noches de peli y sofá, de relax, arrumacos y miradas. Nos gustaba mirarnos, a veces sin decir nada. No lo necesitábamos. Bastaba eso. Mis ojos, los tuyos; el infinito retenido entre ellos. El paraíso compartido.
A pesar de todos los contratiempos luchamos juntos y vencimos. Juntos nada se nos resistía. Incluso las veces que discutíamos, siempre encontrábamos la forma, la manera de remansar las aguas y salir reforzados.
Recuerdo que cuando te besé en el altar pensé que sin duda ese era e iba a ser el día más feliz de mi vida. El día en que “fuiste mía”, en realidad siempre lo fuiste; y yo tuyo.
Eso me lleva de nuevo a aquel restaurante donde dos chavales llenos de nervios tenían su primera cita, su primera cena. Fue en aquel mismo restaurante donde volví años después con los mismos nervios, quizá más, y te pedí “que me dejaras ser tuyo hasta la muerte”, y dónde tú del susto tiraste la copa. Dónde hemos vuelto en cada aniversario. Pidiendo la misma mesa.
Viendo juntos como el camarero pasaba a encargado. Viendo el mundo juntos.
Formaba parte de algo, algo especial y diferente. El Mundo no lo entendía. “Dos contra el Mundo”, no se necesita más. Lo que teníamos no era de este planeta, no cabía en él.
Formaba parte de ti y sentía qué tú eras parte de mí, la parte más importante. Mi pilar, mi apoyo, mi alegría; tus defectos, tus miedos, tus “desperfectos” eran estimulantes, te hacían perfecta, te hacían encajar en los míos. Como si nos hubieran hecho del mismo molde y nos hubieran partido y separado y sólo al juntarnos se apreciara la verdadera magnitud de la figura que juntos formamos.
Entonces el día que más miedo pasé fue también el más feliz de mi vida. Entonces lo supe. Había nacido para eso; toda mi vida, todos mis años, tanto madurar, esperar... todo me había preparado para aquel momento, sólo que no estaba preparado. Nada en este mundo puede prepararte para la sensación de sujetar a tu hijo recién nacido entre los brazos.
Son tantos sentimientos, tantas sensaciones; todas pugnando por apoderarse de ti...
Recuerdo que lloré de felicidad y de terror a la vez.
Era tan pequeño, ¿lo recuerdas? Sí, sé que sí. También fue el día más feliz para ti. Era nuestro hijo, NUESTRO HIJO. Habíamos estado esperando ese momento toda nuestra vida. Es para lo que naces. Para ver ese pequeño ser que es parte de ti y querer protegerlo de todo, y a la vez no quieres apretarlo demasiado no sea que se espachurre, pero claro no puedes descuidarte no se vaya a caer... y a la vez estabas tú tan agotada y yo quería meterme en las sábanas y abrazarte como si fuera un Domingo más y el Mundo fuera algo externo e insignificante.
De hecho en cuanto te dieron el alta, en casa, nuestra casa, los tres pasamos dos horas en la cama abrazados. Viendo dormir al bebé. Mirándonos. Callados. Sin decir nada. Que se puede decir, cuando no hace falta decir nada. Sólo tus ojos, el bebé y la sensación de estar completo, de tener un propósito en la Vida, Tú y nuestro hijo.
Y aún mientras escribo esto recuerdo ese suave aroma a coco... y siento tu dulce tacto en mi piel; tu voz siempre fue el más afinado instrumento, que a mi corazón hacía bailar, unas veces rápido, otras lento. Y en mi hora final recuerdo cuando tu rubia melena se agitaba por el viento y me mirabas con hambre... y yo te comía con la vista.
Y no concibo mi vida sin ti, porque de no tenerte no habría podido existir.
Allá donde vaya te esperaré.
TE QUIERO.
21-12-08. Ladiya
6 comentarios:
Creo que hay algo q se me escapa...
bueno... si no dices lo que crees k se te escapa no puedo ayudarte a "atraparlo"... no sé... pensaba sobretodo en el Killo...
Me gusto mucho, pero mucho mucho. Bravo, plasmastes el amor y los sentimientos de momentos especiales en letras. Yo no lo habria hecho mejor. ;-D
tio, pero que preciosisisimo
sinceramente hace que piense que con razón somos half´s, aunque obviamente con algunas diferencias jeje
yo no hubiese sabido expresar tanto ni tan bien
repito, preciosisisimo ^^
Bueno, acabo de llegar a Sevilla y es lo primero que he leido.
Ciertamente lo primero que te debo decir es que muchas gracias por dejarnos leer esto. Para mí es todo un halago (aunque suponia ya hace tiempo lo de tu romanticismo oculto) que nos abras tu corazón. Supongo que habrá un por qué, pero eso te lo dejo a ti que lo reveles o no. Estoy hartamete satisfecho por ver que por lo menos aquí no seas tan críptico.
Aunque desde luego tenemos distintos conceptos del amor, pues el mio no es tan acaramelado o empalagoso, coincido contigo en que es cierto que lo importante es tener alguien que te complete. Esa sensación se sabe cuando se encuentra...
Enhorabuena. Y felices fiestas dentro de lo que cabe!!!
killo tu eres empalagoso hasta la saciedad en las canciones xD
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