Dentro de un cubo cerrado. Deshojando margaritas sin intenciones pero con curiosidades. Ignoramos nuestras influencias y suspiramos, pensando que son sus vidas las que estan en nosotros y no al revés. El poder asusta porque nos da miedo admitir que la culpa suele ser nuestra. Tanto de lo que nos gusta como de lo que no. Colocamos las baldosas que pisamos y si tropezamos, a menudo es por querer ver más allá de lo que vemos.
Vivir es sencillo. Lo complicado es satisfacer cada rincón oculto de nuestra persona. Podemos ser extremadamente felices sin tenerlo todo porque tenemos algo que nos llena los vacíos. Pero siempre quedan huecos sin cubrir. Pequeñas fisuras que fabrican suspiros cuando la luna es demasiado llena y descubres que en realidad, eres la única capaz de apreciar tantísima belleza. Aunque probablemente esos huecos sean imprescindibles para no convertirnos en un montón de autocomplacencia saturada.
1 comentario:
Muy chulo el texto y me gusta la foto, que grandiosidad las formas que puede hacer la naturaleza :-D
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