05 noviembre 2008

El Manhattan del desierto


  • Sus primeros edificios de altura llegaban a 30 metros y se construyeron en el siglo XVI
  • 500 torres de cinco plantas rodeadas por una muralla que separan la arena de la ciudad

Muy lejos de Nueva York y de los rascacielos más famosos del mundo se encuentra Shibam (Yemen), la primera ciudad del mundo donde comenzó la construcción vertical. En este enclave comenzaron a levantarse edificios de viviendas que llegaban a los 30 metros de altura en el siglo XVI. Su aspecto actual nos recuerda a la 'Gran Manzana', salvando las distancias y las proporciones.


A pesar de los años transcurridos desde su construcción, las viviendas se encuentran en perfecto estado en lo que sería la cuna de los 'rascacielos'. De hecho, tras las terribles inundaciones que vivió el país hace menos de un mes, estas edificaciones permanecieron intactas. Pero, ¿cómo pueden seguir en pie unas torres tan antiguas? El secreto está en los materiales utilizados para su construcción que, aunque parezca mentira, son el adobe y los troncos de palmera.

En total, son cerca de 500 torres rodeadas por una muralla que pone la línea divisoria entre el desierto y la ciudad. Pero aquí en Shibam, el transcurso del tiempo parece haberse detenido. Por sus estrechas calles se hace imposible el tráfico rodado y el estrés es casi inexistente. Hasta Unesco se quedó impresionada por la espectacular imagen de estos peculiares inmuebles y decidió otorgarle a Shibam el privilegio de ser 'Ciudad Patrimonio de la Humanidad' en 1982.



En Shibam, cada edificio es una vivienda. Es decir, cada familia disfruta de una casa de cinco pisos. En cada uno de los niveles se encuentra una instancia distinta, aunque los usos que se le puedan dar hoy en día pueden diferir mucho de la ocupación para la que fueron diseñados hace ya más de 500 años.


Cuando se levantaron estos 'primeros rascacielos' la planta baja hacía las labores de cuadra, pero a lo largo del tiempo su utilidad ha evolucionado hasta la actualidad para acoger, en su mayoría, puestos comerciales. En el primer piso daríamos con el salón o diván que, según la cultura musulmana, es una instancia esencialmente masculina. Hay que llegar a la segunda altura para entrar en la sala de reunión familiar, lugar de encuentro de los hombres y las mujeres.


Ya en la tercera altura, se encuentra el espacio reservado para las féminas, que en este caso se trata de la cocina. Por último, en la que podríamos llamar 'azotea', se recibirían las visitas más cercanas. Hoy en día, este rincón del hogar sigue manteniendo la esencia de siglos atrás cuando se recibían a los más allegados para disfrutar de la poesía o la música tradicional al tiempo que se mascaba el típico 'qat', una planta con efectos excitantes utilizada para mejorar la fluidez en las conversaciones en ambientes relajados


La ciudad yemení se alza como espejismo en un lugar donde 'la nada' queda rota por sus majestuosas torres, recordando que hubo una época en la que Shibam formaba parte de la ruta del incienso y la riqueza inundaba sus calles.

2 comentarios:

Luki dijo...

Interesante articulo..

Juliette dijo...

La última foto la tengo en mi calendario... ya había oído hablar de este sitio. Es impresionante.



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