De vuelta en la ciudad con la piel morena y el corazón tranquilo. Sin novedades en el frente y con el sueldo sin definir por la falta de empleo, o más bien, por la falta de ganas para buscarlo por no encontrarlo, me muevo como pececillo en el agua. Con suficiente oxígeno, con el alma sin mordiscos y con mis siempre cansinas pero en el fondo necesarias paranoias.
Esta claro que si el mundo quiere improvisar mi vida, será mejor que lo admita por las buenas. Al fin y al cabo, nada sale nunca como piensas. Tengo que acostumbrarme a actuar más y planificarme menos. Voy a dejar de buscar caminos para sencillamente, ponerme a andar. Es verano y hace demasiado bueno para nublarme.
Esta claro que si el mundo quiere improvisar mi vida, será mejor que lo admita por las buenas. Al fin y al cabo, nada sale nunca como piensas. Tengo que acostumbrarme a actuar más y planificarme menos. Voy a dejar de buscar caminos para sencillamente, ponerme a andar. Es verano y hace demasiado bueno para nublarme.
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