Se van tres años de carcajadas, cafés y apuntes. No se puede evitar la lagrimita. Hay caras que posiblemente no volvamos a ver. Hasta los malos rollos se vuelven dulces cuando todo se acaba. Es triste admitir que se cierra un periodo que comenzó sin querer pero que terminó siendo el mejor camino. Me llevo conmigo un par de corazones que han resultado ser lo mejor de la carrera. Satisfecha pero con melancolía, despedimos una promoción llena de buenos ratos, de gritos y de cachondeo. Dicen que es una profesión mágica porque cada mínimo progreso es una gran vistoria. Imaginativos, pacientes, positivos y humanos, sobretodo humanos.
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2 comentarios:
k guapa!
felicidades again
oye pero k carrera es??
;)
Gracias!
El magisterio especializado en Educación Especial, dominio en todo tipo de discapacidades vaya... jeje.
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