13 junio 2008

Cartas de Santiago González a la Ministra de Igualdad (jejeje dedicadle tiempo a leeros estas cartas... menuda ministra con presupuesto y todo)

Un teléfono para hombres. Carta a Bibiana Aído

Mi querida y admirada ministra: El motivo de la presente es darle el parabién por su brillante estreno en la Comisión correspondiente, además de expresarle mi gratitud. Verá, en la legislatura pasada, antes de que fuese usted nombrada ministra del Concepto (© Arcadi Espada) este modesto columnista había venteado con olfato perdiguero el sentido correcto de los vientos de la historia y, con mucha aplicación y esmero, comenzó a llamar "Consejo de Ministros y Ministras" al órgano en el que usted se reúne con sus pares y con Él. Hubo entre sus conmilitones y conmilitonas gente que me afeó la expresión como una ironía sobre el lenguaje políticamente correcto en asuntos de género. O de génera.

Comprenderá fácilmente que estas censuras hayan podido resultar dolorosas para un varón sensible, dispuesto a ser el nuevo paradigma de la masculinidad que ayer predicaba usted en el Congreso. Por eso, al oír de su boca la expresión "el Consejo de Ministros y Ministras", pensé con regocijo que la naturaleza acaba imitando al arte y que era un acto de justicia poética de una ministra sensible frente a la incomprensión que tantas veces, ay, florece incluso en las campiñas progresistas.

Gracias por ello, pues. Sin embargo, como le digo una cosa le digo la otra, no puedo estar de acuerdo con el desparrame de género (o de génera) que comete usted en el mismo acto al dirigirse "a los miembros y miembras de esta Comisión". Verá, no. Por muy dura que haya sido con usted la Logse, no procede que se invente palabras, como aquel inefable personaje que retrataba Cela en 'La Colmena', una novela de mediados del siglo pasado, una antigualla.

Me han impresionado mucho sus planes contra el maltrato de género. Especialmente la creación de ese "teléfono para hombres", que tendrá la función de "encauzar" la agresividad de los hombres que pegan a sus parejas. Un nuevo servicio en el que los hombres podrán desfogarse y que, contribuirá, según sus propias palabras, a "otro modelo de masculinidad, desde el que establecer las relaciones de pareja sobre unas nuevas referencias".

La primera imagen que se me ha venido a los magines al leer el sintagma "teléfono para hombres" y la palabra "desfogarse" es que sería un 806 de esos que anuncian en los anuncios por palabras de los periódicos. Evidentemente, tenía que tratarse de otra cosa. Después de leer la información dos veces he creído entender que se trata de una línea para que llame el maltratador en el momento en que le da la tentación de agredir a su mujer.

Bendita sea su inocencia. Como si el mal no existiera. Como si detrás de un maltratador, un violador, un psicópata, no hubiera un malvado, sino un niño falto de afecto que está esperando una ocasión, un teléfono de la esperanza al que agarrarse para no caer en la tentación. Con todo la novedad más turbadora de las que usted expuso ayer es que el Departamento que usted dirige con inigualable talento va a elaborar un plan integral para combatir la explotación sexual, especialmente de mujeres y niñas.

Vayamos por partes. Desde que se aprobó el Código Penal de 1995, el proxenetismo no es delito. Que un tipo, el proxeneta, también llamado macarra, macró, chulo de putas, cafiche, pimpi... lleve la representación comercial de unas cuantas señoras que tiene al punto, a cambio de una comisión, es una transacción comercial sobre la que los Tribunales de Justicia no tienen gran cosa que decir, salvo que medie coacción (en muchas ocasiones media) que lo convierta en delito contra la libertad sexual de las personas. Pero la explotación sexual de las niñas, ministra, no es en modo alguno equiparable. En ningún caso cabe suponer que una niña se prostituye por su propia voluntad ni que mantiene relaciones sexuales con pleno consentimiento.

Crea que, por lo demás, mi identificación con los nobles objetivos que usted persigue, acabar con la violencia machista y la igualdad efectiva de los sexos, es total. Es más: me sabe a poco. Al tener noticia del nombre de su Ministerio, creí que además de buscar la igualdad de las españolas con los españoles, también se encargaría de garantizar la igualdad de los españoles entre sí y de las españolas, unas con otras. Es decir, que perseguiría usted una igualdad transversal que traspasara las pluralidades y diversidades de España.

No se puede tener todo, en fin, ya lo comprendo. Tiempo tienen ustedes por delante y éste podría ser un bonito reto para el Gobierno de José Luis en su tercera legislatura.

Suyo afectísimo. SG


La ministra de la Gobierna y la RAE











Los académicos no le encuentran la gracia. Bibiana ha perdido una magnífica ocasión para argumentar: "Prefiero juguetear con las palabras a golpear con ellas".


Fistra, la ministra

Bibiana Aído nació para ser estrella. Tiene aplomo, o al menos, desparpajo. Es joven y tiene la belleza simple y menestral de las hijas del pueblo cuando salen monas. Con una sola comparecencia ha eclipsado a sus compañeros y compañeras de la Gobierna (según la versión oficial, éste es un Gabinete o Gabineta con más mujeres que hombres, por lo que el género inclusivo debería ser el femenino en este caso. Bueno, génera).

Después de su inolvidable paso por la Comisión de Igualdad del Congreso y su extraordinario "los miembros y las miembras de esta Comisión", optó por sostenella. Primero dijo que

"´Miembra´ fue porque vengo de Centroamérica, de la II Conferencia de Género en El Salvador, con ministros de Igualdad de Iberoamérica, y allí se utiliza mucho. Es un lapsus. No respondía en absuluto... y además fue una cosa graciosa; a continuación me reí. Pero, ¿por qué no? Podríamos plantearnos el registro también".

Sólo puede admitirse que en Centroamérica se utiliza mucho si hay muchas Bibianas Aídos. No está, desde luego, en el Diccionario Panhispánico de Dudas y es ya un artículo clásico en nuestra prensa el que compara el español que habla cualquier humilde campesino centroamericano, que generalmente sale en televisión por alguna catástrofe natural, con el idioma que hablan aquí universitarios, periodistas y, de un tiempo a esta parte, ministros y ministras. Con ventaja para aquél, claro.

La titular de la Ministeria no quiso dejarlo aquí y ayer insistía:

"Sólo pienso que hay palabras, como determinados anglicismos, o palabras como 'guay' o 'fistro', que no tuvieron tanta dificultad para ser incorporadas al diccionario. Quizá haya una cuestión de género de fondo ".

Otro pinchazo. O dos, si son pequeños. 'Guay' y 'fistro' son anglicanismos, según genial acuñación de Carmen Calvo, otro gran descubrimiento de Manolo Chaves, ese finísimo ojeador que José Luis Head Hunter tiene destacado en Andalucía para la provisión de ministras al Gobierno.

¿Qué tendrá que ver el criterio de la Academia de incorporar al diccionario el habla de hecho, sancionar palabras que han sido acuñadas por la gente o importadas de otro idioma por necesidad, comodidad, esnobismo o cualquier otra razón con que el Gobierno pueda imponer las palabras que le convienen para llamar a las cosas por los nombres que no son (©Pilar Ruiz Albisu)? En esta cuestión late una pulsión totalitaria que la joven Aído tendría que hacerse mirar.

La RAE, por otra parte, no ha admitido la palabra 'fistro' ni con pocas dificultades ni con muchas. El error de la ministra es tanto más llamativo si tenemos en cuenta que el DRAE sí recoge la voz 'fistra':

fistra.
(Del lat. fistŭla, cañafístula).
1. f. ameos (‖ planta umbelífera).

ameos.
(Del lat. ami, amĕos, y este del gr. ἄμμι).
1. m. Planta aromática de la familia de las Umbelíferas, con tallo recto, estriado y lampiño, que crece hasta 60 cm de altura. Tiene hojas con segmentos serrados y lanceolados, flores blancas y fruto oval y comprimido.
2. m. Semilla de esta planta, negruzca, menuda y aromática, que se ha empleado en medicina como diurético.

Chaves llamaba a nuestra Bibiana "ministra 2.0". Me parece peligroso. Si aplicamos el tratamiento de génera a la apelativa, tendría que llamarle "ministra das cera", lo que parece incurrir en viejos estereotipos patriarcales al asignarle tareas domésticas por el hecho de ser mujer.

Nota del Blogmaster.-Recuerdo perfectamente que éste es el tercer post consecutivo para la ministra de Igualdad, pero es que esta mujer es un filón. Vean esta anotación en su blog, en la que evoca un legendario concierto de Raimon, que tuvo lugar ¡ocho años antes de que ella naciera! Así lo explica:

Muchos hemos nacido en democracia, pero no tener recuerdos no significa carecer de memoria histórica. Por eso también nos emocionamos al cantar: Al vent, la cara al vent, el cor al vent, etcétera.

Mi amiga Teresa Giménez Barbat, una mujer inteligente que no pide alzas para competir con hombres, (y ganar) hizo una anotación interesante en su blog en torno a la comparecencia de la ministra.


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