10 mayo 2008

Tócame otra vez

El acto de tocar, asegura Phyllis K. Davis, autora de "El poder del tacto", puede comunicar más amor en cinco segundos que las palabras pronunciadas en cinco minutos. Acariciar y que nos acaricien, más allá del fin sexual, es esencial para la salud, tanto como el comer. Sin duda, las caricias son el alimento del espíritu, el canal perfecto para transmitir y percibir emociones desde el momento en que nacemos. Tanto, que dicen que un bebé difícilmente sobrevive si no siente las caricias de sus progenitores con asiduidad. De hecho, son muchos los estudios que confirman que los bebés y niños poco acariciados en su infancia son los portadores perfectos del encorsetamiento emocional, las dificultades de relación sentimental y sexual y los desequilibrios afectivos en su madurez.
Sin caricias nos convertimos en algo así como analfabetos emocionales, además de privar al cuerpo de la segregación de endorfinas, esas hormonas del bienestar, que en muchas ocasiones buscamos en los rincones más oscuros de las adicciones o pagamos millonadas porque nos corran por la venas. Los beneficios del tacto afectivo van más allá; según los expertos, disminuye la tensión arterial, estimula la autoestima, calma los nervios, nos ayuda a expresar emociones y sentimientos, atenúa el miedo, relaja y crea un vínculo afectivo más fuerte que cualquier otra expresión de amor. Las caricias son una fuente de salud al alcance de la mano.



DÉFICIT TÁCTIL

Según un estudio realizado en la universidad de Carolina del Norte, los hombres se resisten más a las caricias que las mujeres si no tienen un fin sexual. Los estudiosos no saben aún por qué, pero tras analizar las reacciones químicas y hormonales que se producen en el cuerpo femenino y masculino con el contacto físico, comprobaron que en ellas las caricias disminuyen la presión sanguínea y se desacelera el corazón gracias a la segregación de una hormona denominada oxitocina. En ellos, los mismos estímulos, no reflejaban nada. Al parecer, la testosterona es la villana que les hace ser menos táctiles… ¿O será el rol que os ha tocado ejercer durante milenos?


María Izaguirre (Revista Vogue)

2 comentarios:

quillo_3 dijo...

Conclusión: Carlos echate novia!!!

ladiya dijo...

K INTERESANTE JULIETTE

conclusión (de un deficiente emocional; por cierto k siempre me he considerado una persona bastante táctil: nada existe hasta k lo toco, mi percepción de las cosas va más allá de la mera visualización, siempre he necesitado tocar el objeto para tener una sentir que lo he percibido por completo...) killo tienes razón...



Google

WWW
CHAPOTEROS