“Cuando era pequeño, pasaba las vacaciones en un hotel del Montseny y un día el pueblo se puso en alerta porque unos cazadores habían herido a un jabalí. Era necesario matar al animal porque los de la zona explicaban que un jabalí cuando está herido es incontrolable. Todos salieron a por él. Para mí –salvando las distancias– Laporta es un jabalí herido que puede comprometer el futuro del Barcelona”
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