Prohibido explotar...
Mira fijamente el llamativo cartel mientras un torrente de pensamientos revuelve su cerebro y quema sus neuronas. Está prohibido hablar, por eso tiene que pensar en voz alta.
Intenta escucharse a si mismo mientras alguien le recuerda que está prohibido pisar el suelo que pisa. Algo en su interior le dice que grite, pero está prohibido gritar.
Quiere echar a correr y alejarse de todo pero sabe que las obligaciones le perseguirán, está prohibido abandonarlas.
Por un momento desea mirarla, la desea con todo su corazón, pero está prohibido desear.
Prohibido prohibido prohibido...
No puede centrarse en nada y su vista está borrosa, pero lo suficientemente clara como para ver el coche de marca aparcado en la acera de enfrente. No le importa el valor del coche, ni lo imbécil que pueda ser el dueño, sólo siente otra vez ese calor interior mientras las primeras gotas de sudor surcan su frente.
Y salta sobre el capó, la rabia contenida estalla en una lluvia de golpes sobre la luna delantera.
Un golpe, otro, otro.
Los nudillos empiezan a cortarse, empiezan a sangrar... pero no siente el dolor, no al menos el de la mano.
El cristal comienza a agrietarse y con el su propio interior, ya no aguantará mucho más... y grita. Grita con todas sus fuerzas, grita hasta que sus pulmones no pueden más...
..hasta que siente que le van a explotar...
30 abril 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
que cutre ¿no?
^^
Si lo digo yo saltan los perros de la guerra ¬¬
alfonso inspira un relato de tu mierda, please!!!
pos no
me gusta mucho
k espabilaillo estas ultimamente!!
LOL
asi da gusto
me gusta de verdad... pero no lo pongas en practica...
;)
Pues la verdad es que a mi también me ha gustado, es diferente. Además a mí también me agota que casi todo este prohibido. ¿Quién no ha sentido alguna vez tanta rabia que su cuerpo le pide ponerse a dar golpes a algo?
Publicar un comentario