El hombre no visitó la Luna. No había judíos en las Torres Gemelas. Elvis Presley está vivo. Hitler se escapó a un búnker secreto. Bin Laden no existe. Milosevic no está bajo la tumba. Jesús Gil veranea en el Caribe.
He aquí algunos ejemplos recurrentes que localizan el mito de la conspiración. Afirmaciones y negaciones que a fuerza de repetirse subvierten la realidad en beneficio del complot planetario.
Nada grave ni peligroso si no fuera porque semejante incredulidad –o semejante credulidad- cuestiona que el Holocausto hubiera existido en sus dimensiones genocidas y redunda en la existencia de una camarilla sionista cuyos sumos sacerdotes gobiernan a su antojo los designios de la Tierra.
Umberto Eco explica en un ensayo la tendencia del ser humano a negar la primera evidencia o la predisposición a refugiarse en las versiones alternativas de los hechos. Y cuenta, a modo de ejemplo, la iracundia del conductor en un atasco dominical: incapaz de admitir que la sobrecarga de tráfico tiene su origen en la celtibérica decisión colectiva de regresar a la misma hora, el titular del utilitario echa la culpa al Gobierno, o al alcalde, o al ministro de obras públicas, o la suegra, o a la parienta, o al niño.
El preámbulo viene a cuento porque Marion Cotillard pertenece a la secta de los 'complotistas'. Se había convertido en la novia de América gracias a la mediación del Oscar, pero la reencarnación de Edith Piaf no ha sabido manejar el coeficiente de sobreexposición mediática que implica el premio de la estatuilla. Quiere decirse que habla y habla sin percatarse de su propia verborrea ni advertir el infantilismo dialéctico de sus planteamientos.
Marion Cotillard cree que el hombre no ha pisado la Luna. También sostiene que el atentado de las Torres Gemelas tiene su origen en una operación de especulación inmobiliaria. Era más fácil destruirlas que reparar los desperfectos originados desde el año de su inauguración.
La teoría es fascinante. Sobre todo cuando establece paralelismos entre la explosión de los aviones con el incendio del edificio Windsor. ¿Por qué el rascacielos madrileño permaneció erguido y, en cambio, las agujas del World Trade Center se desmoronaron en cuestión de unos minutos?
La pregunta se la hace completamente en serio Marion Cotillard. Y se responde a ella misma sosteniendo que se nos ha negado la verdad y que es demasiado elemental la hipótesis de un 'simple' atentado de Al Qaeda.
No les han gustado estos comentarios a los estadounidenses. De hecho, la revista 'Variety' ha quitado a Cotillard las expectativas matrimoniales: ni novia de América ni dama de compañía ni actriz transatlántica, ni hos...
Tendría gracia replicar a la protagonista de 'La vida en rosa' con su propio juego. Cuestionar que hubiera ganado un Oscar. Discutir que ella misma se hubiera convertido en el epígono contemporáneo de Edith Piaf.
-------------------------------------------------------------------------------------------------Opinión personal: lo curioso de este artículo, aún estando de acuerdo con toda la crítica que de él se saca, es que lo publique el mismo periódico que durante 4 años ha dado pábulo a toda la teoría conspirativa sobre el 11-M, pese a una sentencia en firme. Pero en fin... ladiya, ya puedes echar espumarajos por la boca XDDD
3 comentarios:
k idiota.
no sólo le kita el oscar a "ellenita" sino k es gilipollas?!
joer... anda y k les jodan a los de la academia, se lo tienen merecido.
pos mira alo mejor hago un reportage sobre lo prejuicioso k eres idiota del capullo, tu k te las das de listo y culto a ver si recuerdas de vez encuando un axioma básico del conocimiento: sólo sé k no sé nada.
a veces consigues que la broma del radic KAL pierda su gracia y desde luego lo subnormal que te pones con la política cansa... puedes creer que siempre te comportas correctamente, es cosa tuya... Conmigo no vas a ninguna parte con comentarios como el que has dejado...
Publicar un comentario