ZP, el Niño del 'Yo No Me Callo' por Nico Rey

Aún debía andar Zetapé de desfase bilirrubínico tras lo acontecido en la misma plaza de Vistalegre y olé. O sea, en el mitin-party.

Lo digo por la sonrisa de satisfacción torera con que se sienta frente al pérfido Gabilondo, como si fuese Bambi en vez del 'trinchamorlacos' en que se ha convertido tras llenar cosos.

Iñaki y José Luis, frente a frente. "Yo no me callo", el nuevo eslogan 'obamizado' del candidato socialista. Y se lo ha tomado tan en serio que contraataca verborreico ante la batería de preguntas del primero. El hombre de las cejas perennemente enarcadas se explaya a gusto.

Aunque ese luto riguroso que se nos ha puesto induce a equívoco. Gajes del 'Obama-style-of-life'. Hombre de negro con un blanco aparente para sus envenenados dardos: Rajoy, su rival.

ZP, de buen talante con todo Dios menos con el gallego, con quien se comporta como un 'killer' recién salido de un filme de Tarantino. ¿Quién lo ha vestido así?, ¿para que represente el papel de novio en 'Bodas de sangre'? Gabilondo, padrino de este bodorrio gitano sin novia, babea extasiado ante las perlas de ZP.

Como si pensase: "¡Joder con el cervatillo!, ¡quién lo ha visto y quién lo ve!" El presi está más seguro de sí mismo que el estilista de Anton Chigurh. Las contrapreguntas del 'cuatrero' brillan por su ausencia. Se limita a asentir, extasiado.

Hasta que sale de su ensueño e insiste, el gran Gabi, acerca de la crisis que se avecina. "Hemos tomado medidas", responde, categórico, ZP. Y vuelve a vendernos el consabido rollo de los 400 'pavos' de rebaja del IRPF.

A lo que sigue una batería de respuestas previamente memorizadas. Lo mismo de siempre. Un discurso monocorde, soporífero. Ni un solo titular que llevarse al foliaco. ¿Gabi? Disculpen, ¿sigue ahí Gabilondo, el reportero más dicharachero de la tele? "Porque no vamos a estar vendiendo un millón de pisos al año toda la vida, ¿no?", acierta a balbucear el periodista. Y remata con un: "Rajoy dice que no han hecho nada".

Ahí está el 'quid'. En Rajoy. En el Marianísimo. Porque Rajoy es esta noche el ausente del que se aprovecha su inexistencia para criticarle. Quizá Rajoy sea el muerto que andan velando. El novio muerto de esta boda de votos ensangrentados.

"¿Está cansado Solbes?", inquiere, con media sonrisa que es una sonrisa entera el periodista. "No, no. Está muy bien. Solbes es una persona de una solvencia espectacular", apabulla nuevamente el presidente.

Cambio de tercio, y de morlaco. ETA. "El fin de la violencia está más cerca que nunca", se encarga de repetir ZP. Nunca había visto a este tipo tan seguro. Gabi, a partir de aquí, se dedica a labores de palmero. Y ZP se crece. Da un repaso a la cuadrilla rival: "Rajoy y los suyos. Dividieron con la guerra de Irak. Con el terrorismo".

Lo dicho. "Nadie tiene derecho a imponer su moral", asevera Zetapé. Espe y Rajoy, doña Cuaresma y don Carnal, sonríen en 'pause' en el megapantallón. La cosa decae. Menos tensión. Más buen rollito. Ay, el talante talentoso, que todo lo inunda hasta en precampaña.

La sombra de Dum Dum Rajoy, el Chico del Millón de Árboles, flota en el ambiente. Imposible anticipar nada sobre los debates. Como juntar a un boxeador y a un torero para pedirles que diriman sus diferencias como les venga en gana.

Acaba la interviú. No era para tanto. Gabi, ¿se te ha visto el plumero o es que soy un malpensado? Empieza 'Tienes talento', con Miqui Puig como jurado. Y tengo la sospecha de que, tanto el líder del PP como el del PSOE, estarían mejor ahí que en un debate de los de ni chicha ni limoná. Uno, toreando; el otro, lanzando directos a la mandíbula de su propia sombra. Al menos, nos íbamos a reír.