La expresión adopta un cariz politizado en la ideología nacionalista que propugna la existencia de una supuesta nación cultural basada en dicha comunidad lingüística. A esto se le conoce como pancatalanismo.
Los territorios a los que hace referencia el término son:
- Cataluña (Catalunya).
- Islas Baleares (Illes Balears).
- Andorra, donde el catalán es el único idioma oficial.
- Comunidad Valenciana (Comunitat Valenciana), donde la lengua recibe el nombre de valenciano, aun teniendo en cuenta que existen zonas tradicionalmente de habla castellana (véase Predominio lingüístico valenciano).
- La región histórica francesa del Rosellón, zona que comprende a las comarcas históricas del Rosellón, el Capcir, el Conflent, el Vallespir y la parte norte del antiguo condado de la Cerdaña, denominada Alta Cerdaña, integradas dentro del departamento francés de los Pirineos Orientales (núm. 66), donde el catalán no tiene reconocimiento oficial.
- Una zona de Aragón limítrofe con Cataluña a la que denominan La Franja de Poniente (La Franja del Ponent), conformada por las comarcas de La Litera (La Llitera) y el Matarraña (Matarranya), en torno al cincuenta por ciento de la Ribagorza (Ribagorça), Bajo Cinca (Baix Cinca) y Caspe-Bajo Aragón (Caspe-Baix Aragó) zaragozano. En ellas, el catalán no es oficial, pero ha obtenido cierto reconocimiento por parte de las leyes aragonesas desde 1990.
- La ciudad sarda de Alguer (l'Alguer,L'Alghero, Cerdeña, Italia), donde el catalán es cooficial con el italiano y el sardo.
- La pequeña región murciana de el Carche (el Carxe), compuesta por unas pocas pedanías de los municipios de Abanilla, Jumilla y Yecla, cuyos habitantes (unos 500) son de habla valenciana, y donde el valenciano no tiene reconocimiento oficial.
Uso del término e implicaciones políticas [editar]
El término se encuentra documentado por primera vez en la monumental obra Historia del Derecho en Cataluña, Mallorca y Valencia. Código de las Costumbres de Tortosa, I (Madrid, 1876) del valenciano Bienvenido Oliver y Esteller, natural de Catarroja (provincia de Valencia) e historiador del Derecho, y enseguida hace fortuna durante la Renaixença catalana de finales del siglo XIX como sinónimo de «territorios de habla catalana», si bien fue difundida sobre todo como calco de la expresión Países Occitanos (Països Occitans), desde la Oficina de Relacions Meridionals (Barcelona), hacia 1933, por el valenciano Joan Fuster en su ensayo "Nosaltres els valencians" (Nosotros los valencianos) publicado en 1962, si bien con un significado más político que lingüístico, como concepto de una nación con la lengua y cultura catalanas como símbolo de identidad y que debería aspirar a un lazo político y a la independencia de España y de Francia (de esta unión política se suele exceptuar el Alguer; es frecuente la expresión «de Salces a Guardamar y de Fraga a Maón»). Esa doctrina política que aspira a la unión política de los "Países Catalanes" es llamada pancatalanismo.
Históricamente, se han utilizado otros términos para designar el mismo concepto cultural, con poca o nula implantación. De los nombres utilizados en los últimos dos siglos, se pueden citar, entre otros los de comunidad lemosina (desaparecida a mitad del siglo XX por su inexactitud histórica y filológica), comunidad catalánica, países o territorios catalanófonos (términos propuestos desde el valencianismo de mitad del siglo XX), o, quizás, el término más utilizado cuando se quiere evitar cualquier connotación política: «territorios de habla catalana».
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