Ronaldinho y Mourinho, vaya dos por Emilio Pérez de Rozas

El fútbol está tan loco, tan irracional, que Ronaldinho, el ser más criticado de los últimos meses, se ha convertido en la gran esperanza. Peor aún, Mourinho, el único técnico capaz de reírse a la cara del Barça en su propio estadio, es el primero en la lista para ocupar el banquillo del Camp Nou. Y es que la situación empieza a ser desesperada. Cierto, aún hay tiempo, posibilidades y esperanzas de mejorar, pero esto empieza a pintar tan mal como el año pasado. Y lo malo es que no aprenden, pese a que el grito de guerra de esta directiva, que cree más en la representación que en el conocimiento, fue “que n’aprenguin!”.

Porque todos saben que el Barça va por detrás del Madrid pese a tener mejor plantilla y mejor equipo. Sí, cierto, en San Mamés faltaban la mitad (Milito, Márquez, Touré Yaya, Ronaldinho y Eto’o). ¿Y qué? Los que saltaron al campo eran diez veces mejores que los cachorros. Mientras al Madrid le empataban a dos, a 15 minutos del final, y sus jugadores se encaminaban al centro del campo pensando cómo volverían a remontar, los del Barça, que habían jugado andando, se fueron de fiesta cuando encajaron el 1-1, a falta de 12 minutos. ¡Porque les dieron fiesta, sí!

La afición, o los medios, o el entorno, o quien sea se agarra a Ronaldinho porque no tienen otra cosa. Porque el presidente ha decidido hacer carrera electoral. O bien en la UEFA o bien en política, soñando con ser candidato independiente a la alcaldía de Barcelona con el beneplácito de ERC -a cuya presentación del programa electoral ya se apuntó- y de CiU. Porque su vicepresidente económico ha sido apartado de la carrera electoral interna. O casi. Porque su vicepresidente deportivo sospecha que se ha metido en un buen lío y no sabe cómo meterle mano. Porque su secretario técnico sueña con un milagro. Porque su entrenador está más fuera que dentro. Porque Eto’o está en Ghana. Porque Messi se fue a Qatar, a la llamada de la oposición. Porque Henry se ha jubilado tras levantarle un puñado de ‘stock options’ al Barça. Porque Deco busca equipo. Y porque, por perderse, se ha perdido hasta el estilo.

Pero si tenemos que confiar en Ronaldinho, confiemos. Venga, va. Yo el primero. Juntos podemos, que decían aquellos. Los de Madrid. Y pudieron, sí. Vaya si pudieron.