'Para mantenerse sano hay que beber al menos ocho vasos de agua al día'. ¿Cuántas veces ha escuchado esta recomendación? ¿Decenas? Probablemente incluso la haya leído en algún manual... Sin embargo, no hay ninguna evidencia científica que demuestre los beneficios de ingerir grandes cantidades de agua; más bien todo lo contrario. Se trata, por tanto, de una creencia falsa, como también lo es decir que leer con poca luz daña la vista o que el vello crece más fuerte y más rápido tras afeitarlo.
Un artículo publicado en el último número de la revista 'British Medical Journal' se encarga de destapar estos y otros mitos médicos que, como las leyendas urbanas, han pervivido a lo largo del tiempo sin ser sometidas a una revisión crítica.
"La creencia de que usamos tan sólo un 10% de nuestro cerebro ha persistido durante más de una década. (...) Pero, en realidad, un gran número de estudios demuestran que no existe ningún área del cerebro completamente inactiva", explican Rachel C. Vreeman y Aaron E. Carroll, los autores de este trabajo que ha revisado la literatura médica en busca de cualquier evidencia que pruebe o descalifique este tipo de afirmaciones.
"En algunos casos no encontramos evidencias científicas que los confirmaran, en otros, vimos que habían sido estudiados y se probaba que eran falsos", comentan.
Además de los mitos citados, estos investigadores también han puesto de manifiesto que son falsas las creencias que comer pavo provoca somnolencia o que usar teléfonos móviles en los hospitales es peligroso porque puede interferir con la tecnología médica. "A pesar de las preocupaciones, apenas hay evidencias de ello (...) Un amplio estudio de anestesistas incluso mostraba que el uso de teléfonos por los médicos del hospital se asociaba con un riesgo menor de errores médicos o lesiones, ya que evitaban retrasos en las comunicaciones", apuntan.
"A pesar de su popularidad, todas estas creencias médicas o no están probadas o, directamente, son inciertas", comentan estos autores, quienes también han aclarado que, lejos de lo que popularmente se cree, ni las uñas ni el pelo continúan creciendo tras la muerte.
"Este mito tiene su base en un fenómeno biológico que puede ocurrir después del fallecimiento", aclaran. "La deshidratación del cuerpo y la desecación pueden conducir a la retracción de la piel alrededor de las uñas y el pelo", lo que puede dar imagen de crecimiento o mayor longitud.
"En realidad, el crecimiento del pelo y las uñas requiere una compleja regulación hormonal que no perdura tras la muerte", comentan
En su trabajo, estos investigadores remarcan que a pesar de que los doctores saben que la práctica médica requiere una constante renovación de conocimiento, a menudo asumen que las creencias médicas existentes no necesitan volver a ser examinadas.
"Los profesionales deberían hacer más para profundizar en las evidencias que apoyan sus decisiones médicas. Por lo menos, deberían poder darse cuenta de cuándo están basando su práctica en la tradición, lo anecdótico o el arte", concluyen.
2 comentarios:
siempre es weno saber mas, se agradece la clase
k interesante... aunk me descoloca un poco eso de k no sea bueno beber mucha agua... mierda... yo me inflo...
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